Rafael Bengoa: «Gracias al sistema público y a sus profesionales se ha salvado la peor crisis en su historia»

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

«La política se ha distanciado de las bases que sustentan la sanidad. En el 2023 es básico recuperar su confianza», dice el experto en salud pública

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Rafael Bengoa Rentería (Caracas, Venezuela, 1952) es médico experto en salud pública y asesor internacional en políticas de salud. Su amplia experiencia en este campo le llevó a ser, entre otras cosas, Consejero de Sanidad del Gobierno vasco, a participar en la reforma sanitaria impulsada por el presidente estadounidense Barak Obama o a ejercer como director de sistemas de salud de la Organización Mundial de la Salud. Durante la pandemia se convirtió en una de las voces de cabecera que ayudaron a comprender mejor lo que estaba ocurriendo. Tres años después, sigue arrojando luz sobre las lecciones que dejó el covid-19.

—Después de la pandemia, ¿los ciudadanos están más preocupados por su salud?

—En principio sí lo están, aunque prefieran ya mirar a la pandemia por el retrovisor. Se viene confirmando estos días que quienes cuidaban más su salud —alimentación, tabaco, ejercicio, sueño— han sido menos vulnerables al impacto de la infección por SARS-CoV-2. Así que tenemos una razón más ahora para cuidar nuestra salud.

—¿Han vuelto a las consultas y lo hacen con más intensidad que antes?

—Han vuelto con más intensidad porque se están presentando muchos enfermos que la sanidad no ha podido atender y prevenir durante la pandemia. Es necesario indicar que, aunque no se ha podido atender a todo con normalidad, es gracias al sistema público, a sus profesionales y a su focalización en el covid que se ha salvado la situación de la peor crisis en su historia.

—¿Ha crecido la preocupación por la calidad de la asistencia sanitaria entre los ciudadanos y los profesionales?

—Tenemos profesionales muy cualificados en España, pero no ejercen en un modelo asistencial que les permita optimizar ese conocimiento y por lo tanto ofrecer la mejor calidad y seguridad posible. Es lo que toca hacer en este momento pospandémico. Esa visión estratégica no existe en estos momentos en España en el ámbito nacional. Sin embargo, se conoce qué dirección debe tomar ese cambio y los líderes del sector disponen hoy de un amplio arsenal de recursos de gestión. Herramientas para convertir pacientes pasivos en pacientes activos; existen nuevos roles profesionales para la gestión de casos; se dispone de trayectorias integradas de cuidados; de tecnologías que permiten prestar servicios a distancia, lo cual permite atender mucho más a domicilio; de incentivos y desincentivos para reducir ingresos y reingresos en el hospital; de nuevas formas de estratificación de la población por riesgo, lo cual permite apuntar mejor las intervenciones preventivas o asistenciales; de nuevos sistemas de apoyo a decisión clínica y de nuevas formas de contratación orientadas a contratar valor en lugar de solo actividad.

«Sigue extrañando el silencio de los poderes económicos sobre la necesidad de disponer de un plan pandémico»

—¿Cree que las protestas sanitarias que se están produciendo en diferentes comunidades tienen que ver con la pandemia o se estarían dando igual si esta no hubiese ocurrido?

—Es más profundo el malestar. Existe un desalineamiento entre la política y los profesionales de la salud. La pandemia lo ha exacerbado porque lo ha visibilizado. En cierto sentido, la política se ha distanciado de las bases profesionales que sustentan la sanidad. En el 2023 es necesario empezar un proceso para recuperar la confianza de los profesionales para que sientan que pertenecen a una organización que tiene direccionalidad y que no depende los vaivenes de la política. Esto no es sencillo, pero depende del tipo de liderazgo que se ejerza en el sector en esta década.

—¿Vendrán más pandemias? ¿Están los sistemas de salud más preparados para hacerles frente o ocurriría lo mismo que en el 2020?

—Es evidente que vendrán más pandemias, ya que es conocido que los virus seguirán saltando del mundo animal al humano mientras estemos destruyendo sus ecosistemas. En estos momentos ya estamos pasando poco a poco a una fase endémica de aprender a convivir con el virus SARS-2. Obviamente, tanto clínicamente como epidemiológicamente es una fase mejor. Sin embargo, políticamente es la fase más peligrosa de toda la pandemia porque se tenderá a no evaluar lo ocurrido y en consecuencia no estar mejor preparados para el futuro. Por otro lado, con el impacto económico que ha tenido esta pandemia, sigue extrañando el silencio de los poderes económicos sobre la necesidad de disponer de un plan pandémico en el país. Otros países están en ello.