A partir del 2024, los pasajeros ya no tendrán que sacar líquidos y portátiles en los controles de los aeropuertos

Llegar al control del aeropuerto y tener que desmontar el equipaje de mano en bandejas varias, separando líquidos y dispositivos tecnológicos para que el personal de seguridad lo inspeccione al detalle, en busca de rastros de explosivos, pasará pronto a ser historia. El proceso empezará a agilizarse el año que viene, con la implantación de una nueva tecnología que a través de escáneres con rayos X en 3D permitirá revisar maletas sin abrirlas. No solo será más cómodo; también, más seguro.

Los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York supusieron un antes y un después para la seguridad aeroportuaria, que se reforzó a base de controles escrupulosos de identidad y carga. Dos meses después del ataque del 11 de septiembre del 2011, un ciudadano británico intentó volar con explosivos escondidos en sus zapatos un avión que cubría la ruta París-Miami, de ahí la obligación de descalzarse antes de cruzar el arco detector de metales, y en el 2006 las autoridades frustraron un asalto terrorista a siete aeronaves que Al Qaida pretendía hacer polvo detonando latas de bebida. Desde entonces, solo se puede acceder a las terminales con líquidos, geles y aerosoles de menos de 100 mililitros, envasados en bolsas de plástico transparente.

Adiós al límite de 100 mililitros

La normativa actual establece que, al llegar al control, hay que separarlos del resto de equipaje y colocarlos en una bandeja aparte. El nuevo sistema no solo ahorrará este paso, también acabará con el límite de cantidad. Los viajeros podrán llevar de casa botes de aseo —como colonias, geles de baño, cremas o maquillajes— de tamaño medio o familiar; también, pequeñas botellas de agua o refrescos. A día de hoy, los únicos envases grandes permitidos son aquellos que se compran en el aeropuerto, una vez superado el control de seguridad.

Los nuevos escáneres ya se están probando en los aeropuertos londinenses de Heathrow, Gatwick y Stansted, y se espera que estén operativos en el 2024. En Estados Unidos han sido aprobados en 15 aeródromos. En España, se engloban dentro de un proyecto de modernización de los filtros de seguridad de los aeropuertos gestionados por Aena que entre otras cosas incluye nuevas líneas automatizadas para la gestión del equipaje de mano —que permiten separar las maletas sospechosas y el retorno de bandejas de forma automática, sin que el pasajero tenga que preocuparse de ellas— y un sistema de inspección remota para revisar bultos desde una sala aparte, sin necesidad de que el vigilante esté físicamente en el filtro de seguridad, donde está expuesto a más distracciones. El plan incluye también el despliegue de sistemas biométricos para el acceso a los controles.

Plan millonario

Aena calcula que en el 2028 habrá invertido desde el 2018 un total 1.170 millones de euros en seguridad física, con la renovación de los equipos de inspección de equipaje en bodega y de los filtros de seguridad. En concreto, el gestor aeroportuario cuenta con adquirir 261 equipos para la detección de explosivos.

Barajas y El Prat, los primeros; Alvedro, Lavacolla y Peinador tendrán que esperar

Los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid-Barajas y El Prat, de Barcelona —los de más tráfico de todo el país— serán los primeros en implementar el nuevo sistema, y lo harán ya el año que viene, según las previsiones de Aena. A continuación irá Palma de Mallorca, en el 2025, y, atendiendo al Documento de Regulación Aeroportuaria (Dora) del 2021, en el que gestor avanzaba que reforzaría los sistemas de seguridad detallando incluso plazos, los aeropuertos de Málaga, Canarias, Alicante, Ibiza, Valencia, Bilbao y Menorca serían los siguientes, en el 2026. De seguirse esta hoja de ruta, la nueva tecnología no llegaría a Galicia hasta, como mínimo, el 2027. Desde Aena, se limitan a indicar que en el resto de la red se irá implementando en los próximos ciclos inversores.

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