El ciclo del agua tiende a los extremos

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Una vista aérea tomada con un dron muestra el acueducto de Guzelce en Estambul, Turquía.
Una vista aérea tomada con un dron muestra el acueducto de Guzelce en Estambul, Turquía. ERDEM SAHIN | EFE

Una nueva investigación ha confirmado que en los lugares más húmedos lloverá más y en las regiones más secas la precipitación será más escasa

17 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay predicciones sobre el cambio climático que la comunidad científica lleva realizando desde hace décadas y que se refuerzan año tras año. Una de ellas tiene que ver con un recurso vital para la humanidad: el agua. Una nueva investigación ha confirmado que el ciclo más importante para la vida en la Tierra está cambiando. Cada vez tiende más hacia los extremos. Es decir, en los lugares más húmedos lloverá más y en las regiones más secas la precipitación será más escasa.

En el 2022 Galicia ya experimentó los efectos de esta nueva tendencia del clima. Las condiciones tan cálidas del verano intensificaron la sequía debido a la pérdida de humedad del suelo. Después vinieron unos meses de lluvias torrenciales debido en parte a las aguas cálidas en el Atlántico y la llegada de humedad tropical procedente del Caribe.

«Esto significa que la naturaleza, los cultivos y las personas necesitarán más agua para mantenerse sanos, lo que agrava el problema», asegura el profesor Van Dijk de la Universidad Nacional Australiana y uno de los autores de la investigación.

A escala mundial, el año pasado, el ciclo del agua estuvo dominado por aguas oceánicas cálidas en el Pacífico occidental y el este y norte del océano Índico. Como consecuencia, a principios de año se produjo una grave ola de calor en el sur de Asia, seguida de un monzón muy húmedo que causó inundaciones masivas en Pakistán.

«Es una predicción segura que veremos cada vez más olas de calor y sequías repentinas. También vemos pruebas del impacto del calentamiento global en los glaciares y en el ciclo del agua en las regiones frías. De hecho, el deshielo de los glaciares contribuyó a las inundaciones de Pakistán. Eso continuará hasta que esos glaciares desaparezcan», asegura.

Además, el 2022 fue el tercer año consecutivo de La Niña. Esto causó inundaciones en Australia, pero también profundizó la sequía en el oeste de Estados Unidos y partes de Sudamérica. «Todavía no se sabe si estos tres últimos años de La Niña fueron una casualidad estadística o los primeros indicios de algo más siniestro», advierte el investigador.