La artesana gallega de Letizia Ortiz

GLORIA SALGADO MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Lorena Sopêna / Europa Press | Claudia Docabo

Vanessa Datorre es la artífice de uno de los vestidos más aplaudidos de la reina

10 feb 2024 . Actualizado a las 17:18 h.

Vanessa Datorre no sabe cómo llegó uno de sus diseños al armario de Letizia Ortiz. Fue una agradable sorpresa que ha proporcionado una gran popularidad a nivel internacional a su marca, Boüret. Se trata del vestido midi de crepe azul marino con un cordón de strass plateado que deja un hombro descubierto. Tanto le gustó a la reina, que después de su aplaudida aparición en los Premios Princesa de Girona del pasado verano, lo volvió a usar meses después en una cena de gala en Croacia. Dos apariciones que llevaron a que la firma vendiese «mucho en Alemania, en EE.UU., Francia, México... y obviamente en España. Sigue siendo un éxito el vestido —a la venta por 450 euros— y se convertirá en un icono de la casa gracias a la reina Letizia», asegura Datorre antes de desvelar que «mujeres muy influyentes han comprado su vestido». La discreción manda y no puede dar nombres, aunque hace apenas unas semanas se vio a Mar Flores con el diseño, llamado Luna Diamante, que también tiene una versión en manga larga.

La firma gallega casa a la perfección con los ideales de la reina. De estética vintage, ecléctica y poética, el mundo Boüret es una alquimia entre la belleza y la atemporalidad. La marca ha establecido su propio lenguaje, con cortes próximos a la alta costura, siluetas sofisticadas y funcionales. El respeto por las habilidades tradicionales se combina con el amor por la innovación, la técnica y la aplicación. Mente y mano trabajan juntas para dar vida a la imaginación con precisión y la destreza de lo hecho artesanalmente. Nostalgia y conciencia para perdurar en el tiempo. Todas sus prendas son obras de modistas de Galicia, todas ellas mujeres que trabajan en pequeños talleres. «Ahora mismo diseñamos y hacemos el prototipo en A Coruña, vigilando que cada corte y cada costura estén bien asentados. Cada vestido tiene una medida de dos días de trabajo, en los que se cuida cada detalle, incluso los acabados a las etiquetas», especifica Datorre.

La producción local les permite generar un menor coste medioambiental, controlar los tiempos de producción, la calidad, las condiciones de trabajo y que el transporte de las prendas sea menor. Desde el nacimiento de Boüret en el 2010, fueron conscientes de la situación y siempre producen bajo demanda, para así evitar el stock innecesario. Con ello, se alejan de las tendencias dictadas por el calendario de la moda, un sector que Datorre conoce en muchas escalas. «Estudié diseño, trabajé de dependienta, me presenté a concursos que gané y eso me dio la oportunidad de trabajar en CH Carolina Herrera y Sfera, hasta que pude montar Boüret», detalla la modista. De su paso por esas dos grandes empresas asegura que aprendió «lo que hacer y lo que no». «Siempre se aprende algo», apostilla la gallega, agradecida.