Podemos logra mantener en la ley trans la libre autodeterminación de género en menores

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Eduardo Parra | EUROPAPRESS

La comisión de igualdad ha rechazado la enmienda del PSOE, que ha anunciado que renuncia a seguir defendiéndola en el pleno. El texto mantiene que los adolescentes entre 14 y 16 años puedan cambiar su sexo registral sin autorización judicial

13 dic 2022 . Actualizado a las 12:02 h.

El Pleno del Congreso debatirá previsiblemente el próximo 22 la Ley Trans en los términos de Unidas Podemos sobre la autodeterminación de género. La comisión de igualdad ha votado en contra de la enmienda del PSOE que limitaba el cambio de sexo registral en los menores de entre 14 y 16 años estableciendo la necesidad de tener una autorización judicial.

La polémica enmienda 26 eliminaba la posibilidad de la libre autodeterminación de género entre los 14 y los 16 años, tal y como se establecía en el texto original, y la igualaba a la de los menores entre 12 y 14 años, que tienen que contar con autorización judicial para cambiar el sexo que aparece en el Registro Civil.

La enmienda ha sido rechazada por 13 votos a favor, 23 en contra y ninguna abstención durante una comisión en la que el Partido Socialista ha recibido duras críticas por parte de representantes del arco parlamentario de la izquierda, incluyendo a su socio en la coalición de Gobierno, Unidas Podemos, que se negaba, por boca de su portavoz en la comisión Sofía Castañón, a que prosperase ninguna enmienda que vaya en «retroceso del texto original» y afeaba el «envilecimiento» del debate, que no ha generado intercambio de ideas, sino «ruido».

La portavoz de Podemos ha defendido «que solo sean avances lo que nos ocupe en materia de derechos» y ha afeado los argumentos «cíclicos y desde posturas reaccionarias» que hablan de moda, frivolidad o de que no es pertinente. «Como legisladoras, no tenemos derecho a negar a nadie quién es», ha remarcado.

En la misma línea se ha pronunciado la diputada de ERC María Carvalho, que arrancaba su intervención alertando de que no apoyarían «enmiendas patologizantes» y ha centrado parte de su discurso en la necesidad de dotar de mayor reconocimiento a las personas no binarias, para lo que han presentado enmiendas al texto original.

También desde el Grupo Plural, la diputada Pilar Calvo ha defendido que «si la ponen en manos de un juez, no decide el menor» y adelantaba que si la enmienda socialista salía adelante «se pone difícil votar a favor». Néstor Rego había presentado una enmienda que proponía suprimir el artículo 42, que hace mención al procedimiento para revertir el cambio de sexo registral por entender que «es un fenómenos estadísticamente marginal al que se le da una relevancia que no concuerda con la realidad», que fue rechazada por unanimidad de la comisión. 

También desde el PNV y Bildu han hecho llamamientos a «no ir hacia atrás», tal y como remarcó Joseba Agirretxea, y la diputada Isabel Pozueta hacia un «llamamiento al PSOE» para que no «limitase derechos».

Aunque el PSOE podía mantener la enmienda de cara al debate en el pleno del Congreso, este martes ha anunciado que renuncia a ella y que votará el texto que se ha aprobado el la comisión de igualdad. Así lo ha explicado la secretaria de Igualdad socialista, Andrea Fernández, que lo ha justificado en que «es lo legítimo y lo propio» ya que «quisimos dotarla de más seguridad jurídica para proteger el texto, pero el poder legislativo no lo ha considerado necesario; consideramos que hemos hecho nuestro trabajo, pelear por lo que considerábamos que era mejor para la ley, pero no ha obtenido la mayoría parlamentaria suficiente, con lo cual entendemos que debe ser así».

Queda en el aire si durante esa votación se mantendrá la disciplina de voto en las filas socialistas, en las que se ha producido una fractura debido a la ley trans. Carmen Calvo no ha desvelado el sentido de su voto de momento. A este respecto, Fernández ha dicho que «en cualquier caso «será una decisión individual de cada uno», aunque se ha mostrado convencida de que se mantendrá la unidad dentro del grupo parlamentario, porque «esta es una ley del Gobierno y la vamos a defender más allá de debates internos que son lógicos, y más en una organización tan grande»

El grupo socialista ha justificado la presentación de esta enmienda en un intento de «establecer mayores garantías desde el punto de vista del interés superior del menor», dentro de un juego de modificaciones al texto original con el que pretende dotar de mayor seguridad jurídica a la nueva ley.

Sin embargo, la diputada Raquel Pedraja ha dedicado una pequeña parte de su intervención a las enmiendas 26 y 27, limitándose a decir que «también hablamos de menores porque nos importan todas las infancias trans y creemos que hay que aportar más seguridad jurídica» en cuestiones como la reversibilidad del cambio de sexo registral, «que será marginal».

La socialista ha defendido que sus propuestas consiguen «meter en el debate» cuestiones como el sexilio,(personas que abandonan su entorno porque no pueden vivir de acuerdo a su condición), la atención a las personas LGTBI mayores y las que viven en entornos rurales y los derechos laborales del colectivo y en especial la integración laboral de las mujeres trans, así como la elaboración de protocolos ginecológicos para mujeres lesbianas y bisexuales, una enmienda que ha sido votada tres veces y finalmente ha sido rechazada mediante el sistema de voto ponderado. 

El texto ha sido contestado también desde los grupos del PP, Vox y Ciudadanos, que han reprochado un «atropello injustificado en la tramitación», según la diputada María Jesús Moro (PP), que ha achacado una «técnica jurídica deficiente» a la redacción del proyecto de ley trans. «Somos sensibles a las problemáticas, pero esta no es la ley que necesitan sus destinatarios ni la sociedad», ha dicho la diputada popular.

Desde Ciudadanos también han cargado contra la tramitación de la ley y ha recordado el veto a la comparecencia de personas expertas y la ciudadanía. «No ha habido trámite de altura», ha reprochado Sara Giménez, ya que ha estado afectado por «las recurrentes prisas y trámites de urgencia a los que nos tienen acostumbrados» aunque «no se puede ir a patadas en determinados ámbitos».

Mientras, la diputada de Vox Lourdes Méndez, que ha criticado el proceso de tramitación de la ley trans, ha hablado de «asalto a la Constitución» y ha aprovechado para recordar las consecuencias de la aprobación de la ley del solo sí es sí en cuanto a revisión de condenas a la baja que se están dando. Méndez Monasterio también ha dicho que y de que la ley crea un «sistema totalitario de adoctrinamiento social, destruyendo toda diversidad de pensamiento para imponer dogmas» como que el sexo se puede modificar a voluntad, ha dicho. 

La tramitación ha supuesto una fractura importante, hasta el punto de que colectivos feministas han convocado diversas movilizaciones exigiendo la paralización de la ley trans. La próxima será el viernes a las puertas del Congreso y a días de la votación en el pleno. 

Desde el feminismo se argumenta que la tramitación en estas condiciones de la libre autodeterminación del género pone en peligro los derechos que protegen a las mujeres y niñas en base a su sexo, pero cuestiona no solo la forma, sino el fondo, al entender que mezcla los conceptos sexo y género y eleva a categoría jurídica «el conjunto de normas, estereotipos y roles, impuestos socialmente a las personas en función de su sexo».

Las organizaciones feministas críticas de género han tachado de «ley mordaza, homófoba y misógina» el texto que se ha aprobado en la comisión de igualdad, al entender que la «creencia subjetiva de que el sexo se elige libremente que a lo único que nos está llevando es a reforzar los estereotipos y patrones culturales más arcaicos relativos a la feminidad/masculinidad».

También critican que la tramitación se ha dado sin un «análisis sosegado» sobre las «consecuencias que a futuro se pueden derivar de la negación del sexo como categoría biológica y jurídica relevante y sustantiva a toda persona».