La nave Orion vuelve a casa con éxito

Doménico Chiappe MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

La nave Orion, poco antes del amerizaje, en su regreso a la Tierra en la misión Artemis I.
La nave Orion, poco antes del amerizaje, en su regreso a la Tierra en la misión Artemis I. Nasa

La misión Artemis I bate el récord de lejanía para una cápsula preparada para llevar tripulación, recorre 2,2 millones de kilómetros y ensaya una nueva forma de reingresar a la Tierra

15 mar 2023 . Actualizado a las 17:20 h.

El gran desafío de la nueva nave espacial Orion de la misión Artemis, con la que la NASA quiere volver a poner humanos en la superficie lunar y luego conquistar Marte, era volver sana y salva a la Tierra. La reentrada en la atmósfera la sometía a 2.800 grados centígrados justo antes de amerizar en el océano Pacífico, frente a la costa de Baja California.

Y lo logró. «Splash now. Splash and down», anunció la Nasa a las 18.40 horas del domingo en España. Éxito en la misión. La operación tenía dos momentos críticos. Uno, el «período de blackout», como llaman a la desconexión durante el ingreso en la atmósfera, a unos 122 kilómetros de altura; y el segundo, la apertura de los paracaídas para aminorar los 40.000 kilómetros por hora con que se aproxima al mar. Al chocar no debe ir a más de 32 km/h. Su forma de traspasar la atmósfera es experimental: en la caída volverá a subir unos 30 kilómetros para volver a caer, y así determinar mejor su punto de amerizaje. «Es un día extraordinario», dijo un técnico de la Nasa.

Después de pasar a 130 kilómetros de la Luna y de viajar 2,2 millones de kilómetros en tres semanas, registra el récord de ser la nave, de entre todas las diseñadas para llevar tripulantes y regresar, que ha llegado más lejos de la Tierra, a 432.210 kilómetros.

Esta vez se trató de un ensayo, y no llevaba tripulantes. Solo dos torsos robóticos para medir el impacto de la radiación. También iba un hinchable de Snoopy y elementos orgánicos como levadura. En la misión Artemis 2, para el año que viene, el Orion sí despegará con astronautas. Los cuatro nombres no han sido anunciados, pero se espera que haya al menos una mujer y un afroamericano.

En este regreso de Orion, 40 minutos antes de ingresar a la atmósfera, el módulo de los futuros pasajeros se desprendió del «módulo de servicio» que sirve de propulsor y que fue el aporte de la Agencia Espacial Europea (ESA), sin problemas y siempre bajo la mirada del staff de crisis de la Nasa.

Este lanzamiento del Artemis I, que busca afinar los detalles previos a la segunda fase de la misión, había comenzado el 16 de noviembre, cuando el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) despegó del Centro Espacial Kennedy, en Florida (Estados Unidos). «Los controladores de vuelo han probado las capacidades de Orion en el duro entorno del espacio profundo», explicó la Nasa en aquel momento.

La Nasa ponía a prueba también un novedoso manto térmico, elemental protector para la seguridad de los astronautas. El material es el mismo que se usó en las misiones del Apolo, pero su tratamiento es distinto. Con la cada vez más sensible opinión pública, las catástrofes del Apolo I hace 55 años y del transbordador Challenger en 1986, en las que murieron todos sus pasajeros,ni la agencia espacial norteamericana ni sus socios quieren una catástrofe en este reinicio de operaciones.