¿Qué transmite el Viva Magenta, color del año que viene?

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Pantone elige un tono enérgico, tecnológico pero inspirado en la naturaleza. Tres expertas en diseño y cromatología nos dan las claves de la tendencia del 2023

09 dic 2022 . Actualizado a las 08:30 h.

«Estoy aquí, tenéis que verme, tenéis que escucharme». Esto dice el magenta vivo, un chasquido de dedos rojo enérgico, tirando a púrpura, que Pantone —sistema de referencia a la hora de identificar los tonos de la paleta— ha elegido como color del año 2023. Bautizado con no poca intención, el Viva Magenta pretende cargar baterías, aguijonear el ánimo apagado de un mundo abatido por una pandemia y un convulso contexto sociopolítico. «Transmite rebeldía y vitalidad, es un tono con mucho carácter y muy teatral, perfecto para llamar la atención, para causar impacto», señala Sara Caldas, diseñadora gráfica y autora del libro La paleta perfecta para diseño gráfico e ilustración. «Estamos ante un cambio de paradigma a nivel social y cultural, donde uno de los movimientos más importantes al que estamos asistiendo es el empoderamiento de la mujer —anota por su parte la profesora de color de la Escola de Arte de Lugo Ana Castro Dapena—. Y yo creo que este es un color bastante femenino».

Carmín electrizante, desciende de la familia del carmesí de la cochinilla, uno de los tintes naturales más preciados, obtenido de la trituración de las hembras de este insecto criado principalmente en Perú. Durante años valió su peso en oro, una de las razones por las que no siempre evocó lo femenino. «Cuando llegó a Europa se utilizaba en motivos religiosos, en las capas y en los ropajes de los obispos», menciona Castro Dapena. «Al ser un color cercano al rojo, caliente y robusto, se asociaba también a la guerra y, por tanto, a los caballeros que luchaban en el campo de batalla —recuerda Caldas—. Contagiaba valentía, fuerza y coraje». Sostiene, sin embargo, Carmen Bouza, diseñadora de producto digital, que hoy en día la clasificación cromática por género ya no tiene sentido.

«Lo que nos transmite es estimulación, energía, mirar al futuro con optimismo, un planteamiento que por otra parte no es nuevo, al que suele recurrirse en tiempos de crisis», reflexiona. Lo realmente interesante, cree ella, es el equilibrio que propone Pantone con un tono cálido y frío al mismo tiempo, natural pero también digital.

El color es un tema que trae de cabeza a los diseñadores en un momento en el que la tecnología despliega ante las marcas un inmenso abanico de posibilidades. «Aparecen nuevos ecosistemas que no existían antes en los que conectar con nuestros consumidores, como el metaverso. Y este Viva Magenta está muy relacionado con las realidades inmersivas, porque está entre lo orgánico y lo artificial, clave para conseguir que el usuario se sienta cómodo en unas dimensiones que resultan abrumadoras, para humanizar estos espacios», sostiene Bouza. De hecho, durante su presentación, Pantone se refirió al universo visual que pretende generar en el ámbito digital gracias al predominio de este color como «magentaverso».

Del rojo de la cochinilla

En la ambigüedad del magenta se detiene también la profesora Castro Dapena. Ni frío ni caliente, ni claro ni oscuro. Natural —al derivar de la cochinilla— y a la vez tecnológico. «Creo que Pantone ha querido impulsar un tono muy relacionado con el universo digital sin olvidar esa tendencia de biofilia, de regreso a la naturaleza, que surgió como respuesta a la pandemia», comenta. Supone la experta que por esta razón la compañía optó por un color con raíces naturales, por posicionarse en el bando de los que eligen los biomateriales y por «dar vida» con este rojo mexicano.

Los análisis de las expertas dan en el blanco. Así es como la propia directora ejecutiva del Instituto Pantone Leatrice Eiseman define el 18-1750 Viva Magenta: «Arraigado en lo primordial, nos reconecta con la materia original. Invocando las fuerzas de la naturaleza, galvaniza nuestro espíritu, ayudándonos a construir nuestra fuerza interior». Dice además de él que es valiente, intrépido, palpitante, poderoso y fortalecedor, un rojo exuberante que «promueve una celebración alegre y optimista», que fomenta la experimentación y la autoexpresión sin restricciones.

La decisión que desde hace 12 años toma todos los diciembres el sistema cromático se ha convertido en brújula en el mundo de la moda, la decoración, la arquitectura y la cultura, pero también —y especialmente— en el de la publicidad, el márketing y la comunicación. Trasciende al ámbito del diseño, influyendo, tiñendo y moldeando lo que vendrá. «Los últimos estudios de tendencias muestran que mientras que en algunos ámbitos creativos, como en el interiorismo, sigue imperando la corriente minimalista, en el del diseño digital se está viviendo una nueva era de opulencia —advierte la diseñadora Carmen Bouza—. La experimentación con colores vibrantes y nuevas texturas está dando lugar a formatos mucho más ricos e interesantes».