Sueño, alimentación y movimiento, las claves para una buena salud emocional

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los expertos coinciden en lo importante de cuidar el cuerpo para proteger la mente

26 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de cada tres españoles le echa la culpa a la pandemia: cree que el coronavirus atropelló de tal manera nuestro mundo que, desde entonces, no han vuelto a ser los mismos. Un tercio de la población sostiene, convencida, que su salud mental ha empeorado desde aquel aciago marzo del 2020, tal y como revela la última encuesta del Instituto de Salud Carlos III. Los expertos, sin embargo, discrepan ligeramente de esta percepción. El covid fue el detonante, pero muchos problemas ya estaban ahí, soterrados bajo la superficie de la buena cara. La crisis sanitaria, con todo lo que supuso —confinamientos estrictos, restricciones sociales— solo hizo emerger lo incómodo, poniendo en evidencia la importancia del cuidado y de la prevención, lo crucial de prestar atención a cómo se encuentra uno, pero también a lo que siente. De claves para mantener a salvo tanto el cuerpo como la mente, y de herramientas para invertir en bienestar emocional charlaron ayer en un encuentro digital organizado por La Voz, en colaboración con el BBVA, la psicóloga Silvia Álava y el director comercial en BBVA Seguros Paco Rey.

El 8,3 % de los españoles reconoce tener un problema de salud mental y hasta un 40,7 % admite que su equilibrio psicológico es susceptible de mejorar, según un reciente estudio de Sanitas al que alude Rey. Pero, ¿qué es tener buena salud emocional? «Contar con recursos, con capacidades para poder afrontar con éxito las situaciones del día a día», resuelve Álava. «Lo que ha ocurrido es que últimamente las situaciones cotidianas se han complicado mucho, y de forma exponencial: se ha desatado una guerra, se ha disparado la inflación, hemos estado encerrados en casa... —añade—. Si a mí nadie me enseña a enfrentarme a estas situaciones, mi salud mental se quiebra, y empiezo a no sentirme a gusto, a no estar bien. Y si esto no se ataja, puede derivar en un trastorno». Esta preocupación se traduce en un dato revelador: el ramo de los seguros de salud fue el que más ha crecido de todos los que componen el amplio espectro de coberturas privadas, advierte Paco Rey. «Y esto tiene mucho que ver con la prevención —explica—. Mantener hábitos saludables, crear conciencia sobre cómo cuidarnos físicamente, y también mentalmente, es muy importante. Anticiparnos es clave».

Cuerpo y mente están íntimamente ligados, expone Silvia Álamo, y para mantener la cabeza sobre los hombros, bien despejada, es fundamental no desatender la dimensión física, mucho más que una carcasa. Dormir bien, alimentarse de manera sana y moverse —enumera la psicóloga— son los pilares básicos de una vida saludable. Por aquí, recomienda, conviene empezar. El siguiente paso sería prestarle atención a las emociones. «Perder el miedo a mirar hacia adentro, a plantearnos qué es lo que estamos sintiendo y qué es lo que nos está pasando —detalla la experta—. Muchas veces no lo hacemos por miedo a lo que nos vamos a encontrar, pero todas las emociones son buenas, incluso las malas, porque nos dan información, nos dicen que algo pasa. Otras veces lo que nos ocurre es que vamos por la vida con el piloto automático: ‘tengo tanto que hacer, tanto que resolver…’ Y cuando nos queremos dar cuenta, el cuerpo ha hecho crac, ha dicho ‘hasta aquí has llegado’. Y tenemos que parar». «¿Cuándo vamos al médico? Cuando ya nos sentimos mal —observa Rey—. La anticipación es algo básico, y en esto los seguros juegan un papel clave. Qué mejor inversión que en nuestra salud».

«Es importante ser conscientes cuando sentimos algo desagradable»

Para encontrar el equilibrio hay una cuarta pata que complementa al sueño reparador, a la alimentación saludable y a la actividad: la óptima regulación de las emociones. «Es importante ser conscientes de cuándo estamos sintiendo algo que es desagradable, y de lo que podemos hacer para manejarlo, pero también es fundamental potenciar la emociones agradables —sugiere Silvia Álava, también profesora universitaria y divulgadora científica—. Por ejemplo, podemos fomentar nuestra red social, los amigos. Sentir que hay personas que, si nos pasa algo, nos van a ayudar, que podemos contar con ellas, es un factor de protección a la hora de no desarrollar un problema de salud emocional o mental. También es aconsejable estar atentos a aquellas cosas que nos ayudan a sentirnos mejor y, sobre todo, contar con estrategias de ocio activo».

Propone la psicóloga una pausa, introducir en la rutina pequeños gestos que nos hagan disfrutar y nunca dar nada por hecho: «En el primer momento en el que uno ve que hay algo que se le queda grande, que no sabe bien cómo manejarlo, ahí es cuando debería pedir ayuda».

Las nuevas tecnologías, al servicio de la salud, física y mental

La salud digital crece a pasos agigantados. Las exploraciones virtuales empiezan a desbancar al consultorio telefónico y las aplicaciones móviles de bienestar, físico y mental, forman parte ya del día a día de millones de personas, del contador de pasos a la telemedicina pura y dura. «En los últimos 12 meses nuestros asegurados han realizado 110.000 videoconsultas», revela Francisco Rey, desde el BBVA. Es esta, la telemática, una vía que ha resultado ser, además de útil, práctica: el tiempo escasea y pulsar un botón ahorra también un desplazamiento probablemente largo. La inteligencia artificial, ilustra el experto en seguros, contribuye de forma eficaz a personalizar la atención y ayuda al usuario a entender cómo se siente. «Es un facilitador para tomar consciencia de dónde estamos, porque nos puede ayudar, ir guiándonos, a través de preguntas», corrobora la psicóloga Silvia Álamo, que aprovecha para señalar otra oportunidad más que ofrece la máquina en este ámbito: «Permite ir registrando sensaciones, lo que va sucediendo, lo que facilita el trabajo al profesional, pero sobre todo el análisis personal al individuo».

Atención psicológica y nutricional, los dos servicios que más se usan en los seguros de salud

¿Qué uso se hace de los seguros de salud? ¿Cuáles son las coberturas más demandadas, el valor añadido? ¿Por qué alguien que tiene asistencia médica pública contrata un acceso a un cuadro de especialistas privados? Expone Francisco Rey, director de Desarrollo de Negocio de BBVA Seguros, hasta tres argumentos: la personalización —programas de salud específicos, adaptados al paciente—, la posibilidad de compaginar la atención digital con la presencialidad, y la ya citada anticipación. «De hecho, el mayor uso que se les está dando a los seguros privados es en el ámbito de la salud mental, en el de la nutrición y en el de los entrenadores personales —revela—. Vemos que la sociedad va tomando conciencia de lo importante que es la prevención, de ese cuidado emocional y del bienestar general global que se consigue manteniendo hábitos saludables, físicos y psicológicos». «Sabemos que el deporte es un excelente regulador de las emociones —constata la psicóloga Silvia Álava—. La ansiedad se canaliza muy bien a través del ejercicio y en otros trastornos del estado de ánimo, como la depresión, es bueno moverse, las terapias de activación conductual están entre las que más funcionan. Hay que hacer cosas, cosas que nos ayuden a sentirnos bien».

La pandemia disparó la contratación de coberturas privadas

Desgrana Francisco Rey que los seguros de salud crecieron en el 2020 un 5 %, frente al escaso 1 % que creció el sector asegurador ese año a nivel global. En BBVA el incremento fue todavía más llamativo. «Las altas en nuestro caso se incrementaron en el 2020 hasta alcanzar un 9,2 %. Estas cifras todavía se hicieron más evidentes en el 2021. El sector siguió creciendo a ritmos del 5 % —concreta—. Son cifras muy elevadas y nosotros nos disparamos hasta un crecimiento del 16 %. Esta tendencia se está manteniendo, además, en el año 2022: los últimos datos, del mes de septiembre, revelan que el sector está creciendo un 7 %, pero en el caso de BBVA se está disparando hasta un crecimiento algo superior al 17 %». «Lo que estamos viendo —añade—, es que estas coberturas son un complemento perfecto a la sanidad pública».