La ONU advierte: «Estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador»

SOCIEDAD

MOHAMED ABD EL GHANY | REUTERS

La COP27 ha comenzado en Egipto reclamando que los ricos paguen la factura del cambio climático

07 nov 2022 . Actualizado a las 19:02 h.

El ambiente que se respira en la COP27 que empezó este lunes en Egipto no es precisamente de optimismo. La propia ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, una veterana en este tipo de cumbres climáticas organizadas por Naciones Unidas, admitió que será «complicado» conseguir acuerdos dado el contexto geopolítico actual.

Para recordar a la comunidad internacional la gravedad del desafío que tiene entre manos, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un informe sobre el estado del clima en el 2022. Un año, que a falta de dos meses, ha registrado anomalías históricas como intensas sequías, inundaciones catastróficas y calor sin precedentes.

La OMM anunció que los últimos ocho años han sido los más cálidos desde 1850. Otro dato que confirma que el calentamiento no solo continúa, sino que se está intensificando en la última década. El ascenso de la temperatura media global se encuentra ya en 1,14 grados. «Tenemos niveles tan altos de dióxido de carbono ahora mismo en la atmósfera que el nivel inferior de 1,5 grados del Acuerdo de París apenas está al alcance», lamentó Petteri Taalas,  Secretario General de la OMM.

El informe demuestra también que todos los mecanismos de regulación climática y variables meteorológicas están sufriendo los efectos del cambio climático, por ejemplo, en lo referente a la criosfera y la expansión térmica de los océanos. «Ya es demasiado tarde para muchos glaciares y el derretimiento continuará durante cientos, si no miles de años, con importantes implicaciones para la seguridad del agua. La tasa de aumento del nivel del mar se ha duplicado en los últimos 30 años.

Por su parte, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres no se cortó a la hora de ofrecer un diagnóstico. «Estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador. Nuestro planeta se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible».

Guterres prendió el fuego de la discordia en la jornada inaugural tras poner sobre el mesa un tema muy polémico que ya se ha convertido en el eje central sobre el que orbitará la cumbre que preside el gobierno egipcio. Un punto que ni siquiera estaba en la agenda. La creación de un impuesto que básicamente se reduce a la idea de «si contaminas, pagas» para compensar las pérdidas y los daños.

«Pido a todos los gobiernos que tasen los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles. Reorientemos el dinero para la gente que sufre con el alza de los precios de la energía y los alimentos y para los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática», dijo Guterres.

Aprovechando la ubicación de la conferencia en África, Guterres aludió a la terrible paradoja sobre el cambio climático que debe ser atendida con urgencia. Los países que menos contaminan son los que más están sufriendo. «Hago un llamamiento para que las economías desarrolladas establezcan un pacto de solidaridad climática que pueda garantizar que los países ricos y las instituciones internacionales brinden asistencia financiera y técnica para ayudar a las economías emergentes a acelerar su propia transición hacia las energías renovables y poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles».

El mandatario portugués también ha querido poner a los gobiernos frente a un espejo que refleja los compromisos asumidos hasta ahora. «En la anterior cumbre de Glasgow en el 2021 los países desarrollados se comprometieron a duplicar la financiación climática, pero se ha observado que esta tendría que superar los 300.000 millones anuales de aquí al 2030».

Guterres solicitó una inversión inicial de unos 3.100 millones de euros para poner en marcha un Plan de Acción de alerta temprana multirriesgo de aquí a cinco años y del que ahora carece la mitad del planeta y que permitiría reducir un 30 % los daños. No hay grandes esperanzas, pero al menos se debatirá sobre financiación, el punto más importante de la lucha climática.