«La chica del Vaticano», la docuserie de Netflix que reabre heridas en Italia

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

SOCIEDAD

Carteles en Roma con el retrato de Emanuela Orlandi
Carteles en Roma con el retrato de Emanuela Orlandi Álvaro Padilla / Efe

La desaparición de Emanuela Orlandi es uno de los grandes misterios de este país

06 nov 2022 . Actualizado a las 12:28 h.

El 22 de junio de 1983, una joven desapareció en Roma. Se llamaba Emanuela Orlandi y tenía 15 años. Amaba la música y vivía en la Ciudad del Vaticano con su familia: su padre, Ercole Orlandi, era un funcionario de la Prefectura de la Casa Pontificia. A día de hoy, nadie ha conseguido descubrir qué le ocurrió. De nada sirvieron dos investigaciones judiciales y la investigación de once personas. Su desaparición sigue siendo un caso abierto, un cold case, como dicen los investigadores en EE.UU.

Uno tras otro han pasado casi cuarenta años, y en este tiempo se han amontonado las hipótesis: conspiraciones internacionales; conexiones con el intento de asesinato sufrido por Juan Pablo II en 1981; escándalos financieros en altas esferas; una red de pedófilos activos en el Vaticano; la implicación del grupo mafioso romano Banda della Magliana, vinculado a la extrema derecha y activo hasta 1993. Se ha hablado de pistas falsas y de los Lobos Grises turcos, y se ha conjeturado que el secuestro se usó para chantajear al entonces pontífice Juan Pablo II. En el 2008, alguien afirmó que el cuerpo de Emanuela acabó arrojado a una hormigonera. Tres años después, otra persona aseguró que está viva, en un manicomio de Inglaterra.

La familia Orlandi sufrió y sigue sufriendo terriblemente, sin dejar de buscar la verdad. El hermano de Emanuela, Pietro, se describió a sí mismo como prisionero de una «cadena perpetua de la espera». Los medios italianos cubren a menudo el caso, aunque de forma inapropiada a veces. En 1984 se rodó la película Liberate Emanuela (Liberad a Emanuela), pero la policía confiscó la cinta después de la primera proyección y la original fue destruida. En el 2016, el conocido director Roberto Faenza rodó la película La verità sta in cielo (La verdad está en el cielo) con la estrella del cine italiano Riccardo Scamarcio.

Hace unos días se estrenó en Netflix la docuserie La chica del Vaticano. Muchos la están viendo en Italia. «Yo era una adolescente cuando Emanuela desapareció», cuenta Giulia, una profesora toscana. «Me asustó mucho. Si le había pasado a ella, ¿por qué no podía pasarme a mí?». Marco, un jubilado de Venecia, vio el primer episodio con su nieto, que quiere ser abogado. «No me gustó. Me entristeció mucho, y dejé de verlo», dice. «Es increíble que en tantos años aún no se haya hecho justicia. Como padre y abuelo, la idea me preocupa».

El director de la docuserie es Mark Lewis, ganador de un Emmy; el narrador es uno de los periodistas de investigación más populares de Italia, Andrea Purgatori. Pietro Orlandi dijo estar feliz con la docuserie sobre su hermana, que dará a conocer su historia a millones de personas. El diario Repubblica observó que «la peculiaridad de la serie es la mirada internacional sobre la historia, con mucha atención a la cobertura mundial del secuestro»; por su parte, el diario de izquierdas Il Manifesto señaló que «Pietro Orlandi y sus hermanas no han podido superar el duelo y mientras tanto están frágilmente expuestos a la agitación de un espectáculo horrible» y que «en este producto [la docuserie] se utilizan mecánicamente todas las herramientas del género». El día del lanzamiento de La chica del Vaticano, aparecieron carteles con el rostro de Emanuela en Roma. Al verlos, algún joven se habrá preguntado quién era aquella chica y qué fue de ella.