El reto de montar una boda vegetariana de tres días para un centenar de invitados

d. vázquez SADA / LA VOZ

SOCIEDAD

Bea Wherever

Dos vecinos de Oleiros cambiaron el marisco por platos con seitán y soja

02 nov 2022 . Actualizado a las 13:12 h.

Iria Mouriño y Miguel Santamaría acaban de regresar de su luna de miel en Italia tras una celebración nupcial de tres días, cuya singularidad no es la duración, sino que optaron por menús vegetarianos para todos sus invitados, lo que reconocen que les supuso enfrentarse a más que un recelo por parte de empresas del sector. Para este convite especial, sellado oficialmente el pasado día 7, contaron durante tres días con la finca Santa Baia en Sada, donde ofrecieron distintas propuestas a los invitados, todas bajo la premisa de menú vegetariano y mucha fiesta.

Iria, tras unos tres años como vegetariana, lleva ya uno siendo vegana, «por saúde e porque son animalista», explica. Su ya marido comparte sus gustos, aunque reconoce que no es tan estricto. «A xente agora ponlle nome a todo e aos que comemos pouca carne chámannos flexitarianos», comenta Miguel para explicar su posición. Remarca que ya que en su día a día tiene una inquietud y un concepto de vida contrario al maltrato animal cuestionaron que tuvieran que optar por un banquete tradicional. «Decidimos que se a xente viña a nosa voda era porque querían acompañarnos, non para comer marisco ou carne, senón para participar nun día tan importante para nós», afirma, reconociendo que no fue tarea fácil buscar quien les ofreciera un menú bajo sus premisas. «Se fas un menú 100 % vegano váiseche o presuposto, optamos por buscar as opcións vexetarianas dos cátering. Atopámonos cousas curiosas. Algún preguntounos se íamos obrigar a toda a xente a comer vexetariano, cando ti tampouco preguntas aos convidados se os vas obrigar a comer marisco», rememora Miguel.

 

Bea Wherever

«O concepto é que cando es vexetariano si tes restricións, pero cando comes de todo, non as tes. Polo que dicían parecía que estabamos castigando á xente con ensalada mixta ou parrillada de verduras», precisa aludiendo a platos típicos a los que se asocia la comida vegetariana. También se tuvieron que enfrentar a preguntas de si pensaban que su opción iba a gustar a todo el mundo, lo que les generó desconfianza. «Ao final, falamos co cátering Valenciaga e ofrecéronnos os pratos vexetarianos que eles teñen e os que non o eran intentamos chegar a un punto intermedio, por exemplo as albóndegas en vez de carne, que levasen soia texturizada», explican sobre lo que fue lo que decantó su elección. Su menú consistió en falsa miniburguer de seitán y zanahoria, deconstrucción de pan tumaca, empanada, pimientos de padrón, nachos de guacamole y salsa de queso, croquetas de trufa y boletus, albóndigas de la bisabuela, risotto de setas y dos estaciones, una de queso y otra con comida asiática.

Bea Wherever

«Os que máis gustaron foron as albóndegas, as croquetas e a estación asiática con noodles con verduras», dice Iria. Como colofón optaron por una opción vegana de postre. Eso no se lo ofrecía el cátering y contactaron con una pastelería en Betanzos, Clorofila, especializada en ese tipo de productos. «Puxéronnos moitas facilidades, ofrecemos unha tarta vegana e sen gluten de chocolate que triunfou moitísimo», afirma Iria.

Miguel reconoce que con tantas advertencias como recibieron optó por no arriesgar y, aun a riesgo de desvelar algo, advirtió a algunos invitados de que el menú no iba a ser convencional. «A sorpresa que tivemos é que todo o mundo quedou contentísimo e non houbo quen nos dixera que botou algo de menos», apostilla Miguel, que dice que, haciendo cuentas, su propuesta salió más barata que un menú tradicional.

Bea Wherever

«Foi máis un festival que unha voda, o primeiro día fixemos unha barbacoa vegana, o seguinte foi a cerimonia que fixo un amigo de Miguel, e os pinchos, unha festa de disfraces e ata un touro mecánico», relata Iria. Como colofón, aún hubo quien se sumó al desayuno o a la sesión vermú.

Tras la celebración llegó la luna de miel y allí tuvieron pocos problemas para comer. «Coas aplicacións de restaurantes, como HappyCow, xa ves os que teñen opcións vexetarianas», remarca Miguel.