Los cirujanos logran extirpar más del 90 % del tumor cerebral a Oliver

la voz AGENCIAS

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El padre de Oliver, atendiendo a los medios
El padre de Oliver, atendiendo a los medios Marta Perez | EFE

La operación ha durado diez horas y el niño malagueño se recupera en la UCI pediátrica

03 nov 2022 . Actualizado a las 09:28 h.

El equipo de cirujanos que ha operado al pequeño Oliver ha logrado extirpar más del 90 % de su tumor cerebral, en una intervención que «se ha desarrollado según lo previsto» y que ha durado 10 horas con la participación de un equipo de 15 profesionales.

Según ha informado este miércoles el Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, el niño malagueño, de dos años y medio, ya se está recuperando en la UCI pediátrica, donde permanecerá durante unos días, y en paralelo los especialistas empezarán a estudiar el tumor para diseñar el tratamiento oncológico más adecuado. 

Los neurocirujanos operaron por segunda vez este miércoles, 2 de noviembre, al pequeño, que fue trasladado la semana pasada en un avión medicalizado desde México, donde reside actualmente, gracias a la donación de un empresario anónimo que pagó los casi 200.000 euros de coste, con el objetivo de extirparle el tumor cerebral que le afecta. Los médicos habían destacado que se trata de un tumor «muy agresivo del tronco cerebral», y no sabían si serían capaces de extirpárselo por completo. 

El pasado viernes, los neurocirujanos que le tratan culminaron con éxito la primera intervención quirúrgica del pequeño Oliver para tratar la hidrocefalia que sufre, es decir, la acumulación de líquido dentro de las cavidades profundas del cerebro que provoca un aumento de la tensión intracraneal. En declaraciones a la prensa, Alejandro reconocía tras esta primera operación que estaban «un poco más tranquilos» tras haber dado un paso más en el proceso de tratamiento: «Esperemos que todo salga bien», ha deseado el padre.

Los padres del niño, que residen en México, lo llevaron al hospital en ese país el pasado 13 de octubre al notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito. El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto de que dejó de comer, hablar y caminar, por lo que le extrajeron de urgencia el líquido que presionaba su cerebro y le hacía perder funciones cognitivas. Sin embargo, el hospital mexicano en el que estaba ingresado no se atrevía a extirparle el tumor y le daba «entre quince días y un mes de esperanza de vida».

Al conocer su caso, el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona se puso en contacto con la familia y se ofreció a valorar a Oliver y a realizar la operación. Un empresario español que prefiere mantener el anonimato pagó los 200.000 euros que costaba trasladar al pequeño desde Cancún hasta Barcelona en un avión medicalizado.