Casi 400.000 pobres más por la pandemia

álvaro soto COLPISA

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

El primer año del covid-19 dejó a 380.000 personas más en riesgo de pobreza o exclusión social

14 oct 2022 . Actualizado a las 15:59 h.

El primer año de la pandemia del covid-19 dejó a 380.000 personas más en riesgo de pobreza o exclusión social. De esta forma, 13,1 millones de españoles, es decir, el 27,8% de la población del país, se encontraba el año pasado en situación de necesidad, según el XII Informe El Estado de la Pobreza. Seguimiento de los indicadores de la Agenda 2030 UE 2015-2021, presentado este viernes por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES). Y la situación podría haber sido mucho peor si no se hubiera aplicado el «escudo social», sostienen los investigadores: los ERTE, el Ingreso Mínimo Vital y otras ayudas evitaron que otro millón y medio de personas cayeran en riesgo de pobreza desde que comenzó al emergencia sanitaria.

Sin embargo, el nuevo documento de EAPN-ES deja poco lugar al optimismo. Primero, porque los ERTES no llegaron a todos los que los hubieran necesitado, ya que se quedaron fuera «quienes tenían contrataciones con irregularidades o modos de supervivencia característicos de la economía sumergida (circunstancias muy presentes en el sector servicios, el cual se vio altamente afectado en esta crisis)», subrayan los autores.

Pero sobre todo, porque España es el cuarto país en Europa con más personas en situación de pobreza y está cada vez más lejos del objetivo de reducir el nivel de pobreza en 2030 hasta el 14,3 %, como marcan la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Desde el 2015, cuando se fijaron estas metas, «se ha hecho menos de la mitad de lo necesario para cumplir el objetivo de pobreza en todas sus dimensiones», lamenta el texto.

La pobreza en España tiene unas características muy específicas. Por ejemplo, tener hijos es un importante factor de riesgo respecto a los hogares donde solo hay adultos. Y en concreto, es mucho mayor la debilidad de los hogares monoparentales con menores a cargo: más de la mitad de ellos, el 54,3 %, se encuentra en riesgo.

Además, el 44,9 % de la población española tiene alguna clase de dificultad para llegar a fin de mes, una cifra ligeramente inferior a la del estudio previo, y el 10,3 % (4,8 millones de personas) vive en un hogar con pobreza severa (su renta está por debajo del 40 % de la mediana de renta por unidad de consumo de la población), es decir, una familia de dos adultos y dos niños que ingresa al mes 1.113 euros (278 por persona).

La vivienda y los suministros básicos representan una de las principales preocupaciones de quienes viven en la situación más vulnerable. El 36,2% de ellos gasta más del 40% en su renta y el 14,3% no puede mantener su hogar a una temperatura adecuada, una situación que con total probabilidad empeorará este invierno por la subida del precio de la energía; el 32,7% no puede irse una semana de vacaciones; el 33,4% no puede afrontar un gasto imprevisto; y el 4,7% ni siquiera puede permitirse una comida de carne o pescado cada dos días.

«Si más de la mitad de los 278 euros de los que dispone una persona en las familias con exclusión severa se dedica a pagar gastos relacionados con el hogar, ¿cuánto queda entonces para «potitos»? Esta es la razón por la que las tasas de pobreza en hogares con niños y adolescentes es mucho más alta. La pobreza infantil es la pobreza de las familias, no hay ningún niño rico en un hogar pobre», subraya el responsable de Investigación de EAPN-ES, Juan Carlos Llano.

El informe muestra también nuevos rasgos de las personas en riesgo de pobreza. En los dos últimos años, al perfil tradicional de desempleado y bajo nivel educativo se ha sumado el de quienes tienen trabajo, y aun así, no alcanzan a vivir de forma holgada, y también el de las personas con estudios que caen a la exclusión. Así, uno de cada tres pobres tiene trabajo y el 16 %, estudios universitarios. «La situación de paro no define si se es pobre o no, hay más cuestiones que son estructurales», señala Llano.

Además, en España, la pobreza tiene un importante componente territorial. Las comunidades del norte aportan «bajas tasas de exclusión» que son «perfectamente compatibles con las de los países europeos más avanzados» mientras que las del sur «registran tasas extraordinariamente elevadas y muy por encima de la media nacional». Navarra y el País Vasco, con aproximadamente el 15 % de la población en pobreza o riesgo de exclusión, muestran los índices más bajos, y Andalucía y Extremadura, con el 38,7 %, los más altos.