El discreto encanto de la Sicilia rural

Valentina C. S. Saini VENECIA

SOCIEDAD

The Heart of Sicily

Un innovador proyecto turístico acerca a los viajeros a la vida auténtica de la isla. Se alojan en granjas y residencias rurales, visitan yacimientos como las cuevas de la Gurfa y aprenden actividades clave para el tejido social y económico, como la fabricación del queso ricota.

15 ago 2022 . Actualizado a las 10:04 h.

Cada año, millones de turistas visitan la isla más grande del Mediterráneo, Sicilia. La que el poeta alemán Goethe llamaba «la clave de todo», y de la que alababa «la unidad armoniosa del cielo con el mar y del mar con la tierra». Además de hermosas playas y una gastronomía exquisita, la isla cuenta con un patrimonio cultural único; fenicios, griegos, romanos, árabes, normandos, franceses y españoles se sucedieron en Sicilia, y cada pueblo ha dejado huellas de su paso.

Muchos turistas visitan la magnífica capital, Palermo; Catania, con sus iglesias barrocas; Siracusa y Taormina, con sus teatros griegos. Son todas ciudades en la costa, cuyos residentes a menudo van a la playa después del trabajo.

Pero también el interior de la isla, casi desconocido para los turistas, puede ofrecer mucho. Y justamente para valorizar «el corazón de Sicilia» nació el proyecto The Heart of Sicily, que permite a los viajeros descubrir la Madonia, una zona montañosa del noroeste de Sicilia, donde abundan los pueblos encantadores, los paisajes escarpados pero hermosos y los tesoros culturales sorprendentes. Con el objetivo de dar a conocer la Sicilia rural y contribuir a desestacionalizar el turismo.

Los itinerarios permiten tocar un mundo antiguo pero increíblemente vital, conociendo a los lugareños y descubriendo su día a día. Por ejemplo, cerca del pueblo de Valledolmo se pueden tomar clases de cocina siciliana en la escuela de la señora Fabrizia Lanza; o aprender a hacer el queso ricota con el pastor y quesero Filippo Privitera, y probar los quesos locales.

En las localidades de Caltavuturo y Sclafani Bagni se exploran los yacimientos arqueológicos, hasta llegar a las cuevas de la Gurfa: estructuras artificiales excavadas por poblaciones humanas de hace milenios y que albergan una necrópolis paleolítica con los monumentos funerarios tholoi más grandes del área mediterránea.

La iniciativa The Heart of Sicily se puso en marcha hace unos meses y, como explica a La Voz su director de márketing y cofundador, Davide Puca, «los viajeros no se alojan ni llevan a cabo sus actividades en infraestructuras diseñadas exclusivamente para el turismo, sino en lugares donde también se desarrollan actividades necesarias para el tejido social y económico».

Descubrir oficios

En lugar de convertir la Madonia en un destino turístico, se ofrece un turismo adaptado a la Madonia. No se trata de servicios, la obsesión de la industria turística moderna, sino de experiencias que permiten a los viajeros descubrir oficios que ya nadie conoce, pero que siguen siendo fundamentales: sin la habilidad de queseros como Privitera, por ejemplo, no sería posible comer los típicos cannoli sicilianos forrados de chocolate y rellenos de ricota y fruta confitada en los cafés de Palermo y Catania.

«Con The Heart of Sicily queremos contar el interior del que se ramifican las cadenas de producción que han forjado la identidad de la isla: la cadena del trigo, de la ricota y del queso, del aceite y del tomate», afirma Puca. «Aquí se encuentra el backstage de la cocina siciliana».

Son las experiencias las que hacen que un viaje a la Madonia sea único. Es necesario reservar con un poco de antelación, ya que quienes acogen a los viajeros se dedican a la ganadería o a la agricultura, no trabajan exclusivamente en el turismo. Uno no se aloja en lujosos hoteles de cinco estrellas, sino en granjas y residencias rurales. Pero, ¿cuán satisfactorio puede ser comer pan recién horneado con aceite de primera calidad, admirar el paisaje del campo siciliano y sentir el soplar del viento?