La pandemia ha incrementado la exposición a las redes sociales
09 ago 2022 . Actualizado a las 09:05 h.Adictos al móvil desde una edad cada vez más temprana, los jóvenes y las redes sociales forman un cóctel potencialmente explosivo asociado a comportamientos lesivos y conductas de riesgo. Buscan la aprobación de su entorno digital a través de los Me gusta, poniéndolos por delante de su propia integridad física y moral. En este punto entran en juego los retos que se hacen virales en redes sociales como Tiktok o Instagram, que atraen a miles de seguidores por su carácter desafiante y divertido. Crean sensación de pertenencia al grupo y eso es lo que más mueve a los más jóvenes.
Los expertos advierten de la propagación de ciertos challenges o retos virales por medio de las redes sociales, que pueden llegar a ser mortales en los peores casos. Según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja, Viral internet challenges scale in preadolescents: an exploratory study, el 8 % de los jóvenes españoles de 13 a 19 años ha realizado algún reto viral peligroso.
Algunos incitan directamente a la autolesión e incluso al suicidio, como es el caso del juego de Jonathan Galindo, el de 48 horas desaparecido o el Blackout challenge. El mayor riesgo de los desafíos nocivos para la salud es que funcionan por etapas y van escalando en el nivel de peligrosidad. Por lo general, los adolescentes no diferencian qué conductas pueden comportarles daños en la actualidad o en el futuro, y menos cuando las redes premian esos comportamientos. Además, como explica el psicólogo social Antonio Rial Boubeta, la pandemia ha multiplicado la exposición a las redes sociales en estos grupos de edad, con lo que eso supone también en cuanto a incremento de los riesgos.
Desafíos extremos
Ciberacoso, dependencia, hipersexualización —sobre todo en el caso de las adolescentes— ansiedad y depresión son algunos de los principales perjuicios para los menores derivados de la exposición en las redes sociales. Pero además de esos, están los desafíos extremos que se viralizan y no dan opción a pensar si son o no seguros.
Irene Montiel, profesora de Estudios de Derecho y Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que los adolescentes están en una etapa clave de su desarrollo personal y necesitan un entorno protector, por lo que las redes sociales como principal vía de aprendizaje de las relaciones humanas no resultan saludables ni seguras. Los jóvenes más predispuestos a participar de retos virales son los que más necesitan validación o aceptación social. Esto puede causar que se impliquen en los challenges más arriesgados. Montiel señala como uno de los principales problemas que comportan «la falta de conocimiento por parte de los padres y las madres de la existencia de estos retos y de sus consecuencias».
Un tabú en las casas
Manuel Armayones también es investigador y docente en la UOC de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación. Insiste en la necesidad de educar sobre esta realidad y advierte de la necesidad de aprobación que tienen estos a través de las redes sociales. «Los retos son situaciones difíciles o arriesgadas que no se sabe si podrán lograrse. En internet son especialmente cambiantes y variados, y mucha gente los sigue y los hace en poco tiempo, lo que atrae sobre todo a jóvenes que se lo toman como un juego», explica.
Además, los adolescentes que están en una situación de riesgo de exclusión social, asociada a menudo con vulnerabilidad emocional, suelen ser más propensos a depender de la validación de los demás y por eso son más proclives a participar. Falla el control que los progenitores y los tutores deben llevar. Tan solo el 36 % de las familias españolas se considera estricta con el uso que los menores hacen de las redes sociales y supervisan los contenidos que crean y consumen.
Teléfono para la prevención del suicidio del SERGAS: 061