Y Tamara superó a Georgina

SOCIEDAD

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06 ago 2022 . Actualizado a las 11:02 h.

Parecía imposible superar esa mezcla de estupor y adicción con la que Georgina arrasó en Netflix, pero un rato de Tamara Falcó: La Marquesa basta para quedarse mudo —ya habla ella por todos—. «Lo que a algunos les podría parecer una vida de película, para mí no deja de ser lo más normal del mundo». «A mí antes lo que me gustaba era quedarme en casa rezando el rosario». «Yo voy de compras con mum y él [Mario Vargas Llosa] se ha quedado leyendo. No sabía quién era Jimmy Choo, hemos intentado explicárselo...». Lo de mum es una constante, al igual que los subtítulos, porque la marquesa habla espanglish, que es mucho más glam.

Tamara va lanzando estas perlas y muchas más mientras muestra las humedades y el cementerio de perros de El Rincón, donde el diseñador Juan Avellaneda le dice: «Siempre pensé que te casarías aquí», a lo que ella contesta, casi ofendida: «Hombre, es que es mi palacio». Allí sueña con su restaurante efímero y una cocina móvil para cuyo diseño acude con la Presley, cómo no, a Porcelanosa, no sin antes promocionar su libro de recetas.

No tiene desperdicio el despertar en el Ritz tras la fiesta de su 40 cumpleaños mientras el servicio le prepara el desayuno y el novio, encantado de conocerse, la espera en la mesa. «Mi abuela viajaba con 50 [personas] de servicio», señala Tamara, a la que tras 40 minutos ya no le queda un ápice de frescura.