Ana Obregón recupera su mítico posado de verano dedicado a su hijo Álex

Arantza Furundarena MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Ana Obregón, en una foto reciente
Ana Obregón, en una foto reciente José Ramón Hernando / Europa Press

La presentadora y actriz dedica un homenaje al joven que murió prematuramente víctima de un cáncer

28 jul 2022 . Actualizado a las 11:38 h.

Dicen que uno conduce como es y que uno baila como es. La personalidad de Ana Obregón también se asoma a todo lo que hace y emprende, incluida su manera de llevar el duelo por la terrible pérdida de su único hijo. Este verano, a pesar de seguir sin superar la tristeza, Ana ha encontrado la manera de poner su natural tendencia al exhibicionismo al servicio de una buena causa: la lucha contra el cáncer, la enfermedad que se llevó por delante a Aless Lequio cuando solo tenía 27 años. Así que, amparada por ese nuevo espíritu altruista y filantrópico, la actriz se ha vuelto a calzar un trikini para protagonizar su tradicional, insoslayable y sempiterno posado de verano.

Semisumergida en una piscina, con su rubia melena suelta y ondulada, sonriente y enfundada en un bañador blanco de un solo tirante, Obregón, a sus 67 años, acapara la portada de ¡Hola! en una exclusiva que ha concedido, como ella se encarga de recalcar, «en honor a Aless». Porque igual que las actrices de la época del destape aseguraban que ellas solo se desnudaban si lo exigía el guion, Ana quiere dejar claro que ella ya solo posa en traje de baño si es por algo relacionado con su hijo. En este caso, destinará los beneficios de la exclusiva a la fundación que lleva su nombre. Y es que Aless, desde su desaparición en mayo del 2020, parece haberse convertido en el motor y la inspiración de todo lo que hace su madre, como ella misma confirma en dicho reportaje.

La presentadora pasa el verano en el privilegiado chalé que posee su familia en la mallorquina Costa de los Pinos. Pero este año, igual que el anterior, el sol no brilla igual para ella. Por un lado está el duelo por una doble pérdida, primero la de su hijo y, poco después, la de su madre. Por otro, el delicado estado de salud de su padre, el empresario Antonio García, que a sus 96 años acaba de estar ingresado tres semanas en un hospital de Palma. Ana desvela que al anciano le cuesta mucho hablar y que cuando lo hace es para preguntar por su esposa.

Las circunstancias que rodean este verano a Ana Obregón no inspiran precisamente alegría, sin embargo, genio y figura (o un talento como actriz superior al que algunos le atribuyen), ella ha conseguido sobreponerse al dolor y posar casi como en los tiempos felices. Sobre todo, en la imagen donde aparece, cual starlette de los años 50, tumbada en una colchoneta azul y flotando sin aparentes preocupaciones sobre una piscina turquesa. Sin quitarse en ningún momento una gargantilla de brillantes en la que se puede leer Aless, ni una pulsera de brillantes que también dice Aless, Ana presenta en el reportaje hasta siete estilismos distintos. Eso sí, únicamente en blanco y negro, colores que se atribuyen al luto.

El último posado veraniego de Ana Obregón tuvo lugar en julio del 2019, a su regreso de Estados Unidos, donde había pasado una larga temporada acompañando a su hijo en su lucha contra el cáncer. Entonces volvía contenta y esperanzada. El tratamiento parecía dar resultado. No fue así. Aless no pudo superar la enfermedad. Y desde entonces la encargada de dar el pistoletazo de salida con su famoso posado confiesa que para ella los veranos ya no son veranos.

Atrás quedaron las fiestas y los saraos... Ana ahora se dedica a pasear y a reescribir el libro que dejó inacabado su hijo. Cuenta que va por el tercer capítulo, que lo va a titular El chico de las musarañas, que su relación con Alessandro Lequio, su ex y el padre de Aless, está mejor que nunca, que le mata haber sido tan feliz y no haberse dado cuenta... Y, por si alguien lo pregunta, que no puede enamorarse porque su corazón «está mutilado».