La tormenta solar alteró el campo magnético de España

SOCIEDAD

Tamaño del filamento que llegó el pasado martes en comporación con las dimensiones de la Tierra
Tamaño del filamento que llegó el pasado martes en comporación con las dimensiones de la Tierra NASA

El Servicio Nacional de Meteorología Espacial registró el momento

21 jul 2022 . Actualizado a las 09:43 h.

Al final se cumplió la previsión anunciada por una científica de la NASA y un filamento solar de gran tamaño impactó el pasado martes contra el campo magnético de la Tierra. El Servicio Nacional de Meteorología Espacial recogió el momento. «El gráfico se corresponde con el Índice de Perturbación para España. Lo que muestra es que durante los días previos al 19 el valor estaba prácticamente en cero, lo que significa que no había perturbación. En el momento en el que se escapa de ese valor quiere decir que ha habido alteración magnética en nuestro país», explica Consuelo Cid, investigadora del Grupo de Investigación Meteorología Espacial de la Universidad de Alcalá.

La perturbación que impactó presentaba unas fluctuaciones de 5 nanoteslas por minuto y una intensidad de 80 nanoteslas. «El cambio magnético que protege a nuestro planeta tiene un determinado valor y esas cifras lo que indican es cuánto cambió. Por ejemplo, cuando se altera más de 100 nanoteslas se empieza a considerar que una tormenta solar es intensa», apunta.

La potencia del episodio fue suficiente como para trastornar el escudo magnético, pero no tanto como para generar graves daños ya que su velocidad era menor. «Es posible que algunos sistemas de comunicaciones se hayan visto afectados», reconoce.

Otro de las consecuencias que suelen generar este tipo de eventos es un aumento de la actividad de auroras boreales más al sur de lo habitual. «Es de esperar que se vean más auroras ya que el campo magnético está perturbado. El problema es que estamos en la época del año con más luz», lamenta. La liberación de material es un hecho aislado y no guarda relación con una actividad anómala. «En ciertas parte del ciclo solar suele haber más filamentos, pero esto entra dentro de la normalidad», aclara.

En cualquier caso, el evento pone de manifiesto un problema del que no se habla demasiado y que puede tener unas consecuencias catastróficas. «En el 2016 una tormenta afectó a todos los satélites GPS de toda la Tierra. Fue algo temporal, pero es evidente que algo mucho más grande puede llegar a ocurrir», reconoce.

El destino ha querido que desde que tenemos cientos o miles de instrumentos en órbita no haya ocurrido una tormenta muy intensa. La última fue en 1859, conocida como Evento Carrington. Se observaron auroras que llegaban hasta el norte de Colombia y provocó fallos de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte.

Por si fuera poco, se trata de un fenómeno que tardaría en llegar como muy tarde unos tres días desde que sale desde el astro rey. «Todo depende de la velocidad. Un suceso como el de Carrington tardaría solo 24 horas en alcanzar nuestro planeta. Parece poco tiempo, pero es suficiente para hacer muchas cosas si se sabe actuar. El problema es que el organismo que tiene que avisar debe estar preparado y eso es algo que hay que vigilar», advierte.