Las dudas de Sanidad amenazan con rebajar el nuevo plan antitabaco

Álvaro Soto MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

Las asociaciones exigen a Darias un documento ambicioso que incluya la prohibición del humo en terrazas y coches y denuncian el retraso de un programa que debería haber entrado en vigor el pasado año

14 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dudas del Ministerio de Sanidad en la redacción del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025 han puesto en pie de guerra a las asociaciones que luchan por erradicar este hábito. Al retraso en la aprobación del texto, que debería haber entrado en vigor el año pasado, se suma ahora la posibilidad de que el departamento de Carolina Darias elimine del documento una de las propuestas más trascendentales: la prohibición de fumar en los coches y en las terrazas.

Las entidades advierten, incluso, de que Sanidad podría echarse atrás completamente y no aprobar el plan, lo que supondría, aseguran, «una gran decepción». La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) han reaccionado «con preocupación e intranquilidad» a una información publicada en La Vanguardia que afirma que Sanidad ya ha decidido que no prohibirá fumar en los vehículos y en las terrazas de los establecimientos hosteleros.

La AECC muestra su «total y absoluto rechazo» porque supondría «seguir dejando desprotegidos frente al humo del tabaco a la sociedad en general y a los menores en particular». El CNPT, por su parte, cree que la ampliación o no de los espacios sin humo mostrará «las verdades intenciones» de Sanidad respecto al tabaquismo.

El Ministerio ya descartó incluir en el borrador del nuevo plan antitabaco las medidas más radicales, como prohibir la venta de cigarrillos desde determinadas edades (Nueva Zelanda impide que los nacidos a partir del 2008 puedan comprar tabaco y Dinamarca quiere hacerlo con los del 2010), pero introdujo iniciativas como subir los impuestos del tabaco para encarecer el precio de las cajetillas, hacer más neutros los paquetes de tabaco, retirando el nombre y los logos de las compañías (las imágenes de las marcas resultan atractivas a los consumidores), y equiparar el cigarrillo electrónico al tabaco tradicional.

Sin embargo, la más destacada, y la más polémica, es la ampliación los lugares en los que no se puede fumar, lo que incluiría las terrazas, el interior de los coches o las playas y las piscinas, donde ahora la última palabra la tienen los ayuntamientos.

El Comité para la Prevención del Tabaquismo, que reúne a 46 organizaciones y sociedades científicas, recuerda que la Unión Europea ha marcado como objetivo reducir la prevalencia del consumo de tabaco al 10 % de la población en 2030, cuando en España actualmente se encuentra en el 20 %. «Estamos perdiendo la oportunidad de poner a España a la vanguardia mundial con una nueva ley antitabaco tan ambiciosa como necesaria», sostiene, a su vez, la AECC, que expresa su «decepción» y lamenta que el Gobierno «no priorice el control del tabaquismo, la protección de la salud y el apoyo al objetivo de lograr una generación libre de tabaco en el 2030».

El CNPT pone el foco directamente en Carolina Darias y avisa de que la renuncia a actualizar el marco legislativo del tabaco «afectaría a la confianza en una ministra que pierde la oportunidad de mejorar la salud de la población». La tardanza en aprobar el documento también alienta los temores de las asociaciones antitabaco. El plan debería estar funcionando desde el 2021, pero ya solo podrá estar listo en el 2022 o en el 2023, porque todavía debe recibir la luz verde de la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Salud.

El ministerio, que ayer se limitó a decir que «se continúa trabajando en el documento», justifica el retraso en que las emergencias sanitarias de los dos últimos años (covid-19, hepatitis infantil y ahora la viruela del mono) han orillado otros problemas. «Otros intereses» Pero los impulsores del nuevo plan creen que es el momento de devolver al primer plano sus demandas.

«No entenderíamos que, después del trabajo realizado en los últimos meses, se echara al traste todo y se guardara en un cajón por otros intereses que nada tienen que ver con la protección de la salud pública», subrayan desde el comité, mientras fuentes vinculadas a la lucha contra el tabaquismo argumentan que las vacilaciones de Darias se explican por sus aspiraciones políticas en Canarias, su comunidad de origen, donde la hostelería y los productores de tabaco son dos sectores con gran influencia económica y social. «Con otros ministros ha sido más fácil», critican.

Las enfermedades que provoca el tabaco (cáncer de pulmón, enfisema pulmonar o infarto, entre otras muchas) matan cada año en España a 55.000 personas y también fallecen mil fumadores pasivos que ni siquiera han probado los cigarrillos. El tabaco es el responsable del 30% de los casos de cáncer.