«Meraxes gigas», el gigantesco dinosaurio carnívoro con los diminutos brazos del «Tyrannosaurus rex»

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Carlos Papolio | EFE

La nueva especie descubierta en Argentina vivió en la Patagonia hace 90 millones de años

07 jul 2022 . Actualizado a las 19:36 h.

Brazos diminutos, cuatro toneladas de peso y gran carnívoro. Aunque pueda recordar al Tyrannosaurus rex, se trata de una nueva especie de dinosaurio encontrado en Argentina, el Meraxes gigas, cuyo nombre hace un guiño a uno de los dragones de la casaTargaryen en Juego de Tronos.

Hasta ahora, se ha hallado un solo ejemplar, pero muy completo y en muy buen estado de conservación, según explicó Juan Ignacio Canale, del Museo Municipal Ernesto Bachmann en Villa El Chocón (Argentina) y líder del equipo que hizo el hallazgo que se publica en Current Biology.

De patas robustas, brazos pequeños como el T. rex, enorme cabeza,  dientes afilados, poderosas garras y pariente del gran Giganotosaurus, esta nueva especie, que vivió hace más de 90 millones de años en la Patagonia y medía 11 metros de largo, amplía la familia de los más grandes cazadores terrestres que existieron: los carcarodontosáuridos. Pesaba algo más de cuatro toneladas.

Los paleoantropólogos identificaron el cráneo casi completo, aunque sin mandíbulas; diversas vértebras, entre ellas quince articuladas de la cola; ambas caderas, la cintura pectoral y la pélvica, así como los brazos y las patas casi completas.

Como todo gran descubrimiento, este hallazgo que sacude hoy la paleontología mundial y se publica en la revista Current Biology nació de una mezcla entre paciencia y suerte. En enero del 2012, un equipo de científicos argentinos y estadounidenses del Museo Field de Historia Natural llegó a un sitio de vientos fuertes y rocas rojizas conocido como La Barda Atravesada de Las Campanas, a 20 km de la localidad de Villa El Chocón.

Allí, bajo un sol abrasador, los investigadores se separaron para inspeccionar el terreno. En el primer día, cantaron victoria: unos divisaron un fragmento de un fósil de un saurópodo y a 15 metros Canale encontró una vertebra caudal de un terópodo o dinosaurio carnívoro. «Fue una alegría enorme. Enseguida nos dimos cuenta de que era algo importante, novedoso», recuerda el paleontólogo, especializado en este tipo de animales. «Los huesos están muy bien preservados porque estaban muy metidos en la roca, lo que los protegió de la erosión y también complicó su extracción».

Los investigadores sabían que existían buenas posibilidades de hallar un dinosaurio carnívoro enorme porque en esa zona, la Formación Huincul, había sido encontrado hace casi 30 años el Giganotosaurus carolinii, uno de los dinosaurios carnívoros más grandes conocidos y recientemente protagonista de la película Jurassic World Dominion.

Aunque tenía unos brazos desproporcionadamente cortos, como el Tyrannosaurus Rex, «no hay una relación cercana de parentesco»; de hecho, el dinosaurio argentino se extinguió 20 millones de años antes de que el otro se convirtiera en especie y están muy alejados en el árbol evolutivo.

Sin embargo, Canale apuntó como «llamativo» que tiranosauridos, carcarodontosáuridos y abelisauridos desarrollaran, de forma independiente, una evolución que tendía a tamaños corporales muy grandes, «en algunos casos gigantescos», brazos muy cortos y cabezas proporcionalmente muy grandes.

«No sabemos muy bien por qué se dio esta tendencia evolutiva», aunque es probable que, en formas más primitivas, los brazos hubieran «cumplido un rol importante en la depredación», pero con el tiempo estas funciones las habría realizado con la cabeza.

Carlos Papolio | EFE

De lo que Canale no duda es de que alguna función tenían, «no eran extremidades vestigiales». Aunque los brazos fueran cortos, sus huesos eran muy robustos; además, la escápula y el punto de inserción muscular estaban muy desarrollados.

Eso significa que los brazos no se encogieron porque fueran inútiles, pero la cuestión más difícil es saber cuáles eran exactamente sus funciones.

Algunos investigadores -recordó- han sugerido que su uso pudo estar relacionado con comportamientos reproductivos, como sostenerse sobre la hembra durante el apareamiento, o para apoyarse al levantarse.

En el nombre de Meraxes gigas suenan ecos de Juego de Tronos, y no es casual. Canale propuso el nombre de este dragón de la ficción creada por el estadounidense George R.R. Martin y al resto del equipo le pareció bien. «Es un autor que me gusta mucho y me gustó cómo sonaba para un dinosaurio», dijo.

El paleontólogo imagina que Meraxes gigas pudo haber sido tan fiero como se cree que pudo ser T. Rex. El depredador «top de su momento», pero también «un carroñero si se presentaba la oportunidad».

Y considera que Meraxes gigas puede hacerse un hueco en el imaginario colectivo, como ya lo tiene Tyrannosaurus Rex. Algo que esta empezando a suceder, en películas como Jurassic World, es que incluyen ejemplares como el giganotosaurus o el carnotaurus, encontrados también en Argentina.