El CERN recreará los primeros microsegundos tras el Big Bang

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Producirá colisiones de protones a una energía jamás alcanzada para responder a grandes interrogantes que persisten sobre el funcionamiento de la naturaleza y de la vida

04 jul 2022 . Actualizado a las 18:55 h.

Ver el pasado del universo, como ocurre cuando percibimos por la noche una estrella que ya ha muerto, pero cuya luz sigue viajando por el cosmos. En esas está el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) de Ginebra (Suiza), que a partir de mañana mismo hará colisionar protones a una energía jamás alcanzada, lo que le permitirá recrear con mayor facilidad las condiciones que había en los primeros microsegundos después del Big Bang. El objetivo será responder a grandes interrogantes que persisten sobre el funcionamiento de la naturaleza y de la vida, y ver lo que ninguna tecnología ha permitido hasta ahora: el inicio del universo.

Durante casi cuatro años el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) funcionará a una energía de colisión récord de 13,6 billones de electronvoltios (TeV), simulando prácticamente la densidad que había en el instante mismo del inicio del universo. Ninguna tecnología ha sido hasta ahora capaz de ver lo que ocurrió en ese momento, no porque hayan pasado 13.800 millones de años, sino porque durante los primeros 300.000 años después del Big Bang no había luz. «Bueno, no es que no hubiese luz, es que estaba tan caliente que la materia absorbía la luz, con lo cual todo era totalmente negro, no había luz libre», explica a Efe el investigador del Instituto de Física de Cantabria y experto en altas energías, Celso Martínez, quien también es el representante en España del experimento del CMS, uno de los detectores del LHC.

Esa es la razón por la que ni siquiera los telescopios más potentes son capaces de ver lo que sucedió entonces. «La única forma es recreando las condiciones (del Big Bang) en la Tierra, con aceleradores que generen la densidad de energía que había en ese momento —detalla Martínez—, y ver qué es lo que sale». 

El Gran Colisionador de Hadrones alcanzará su potencia máxima diez años después de haber descubierto el Bosón de Higgs, que el 4 de julio del 2012 representó un hito en la historia de la ciencia. Cambió nuestra percepción del universo y le valió a sus teóricos —el británico Peters Higgs y el belga François Englert— el premio Nobel de Física.

La energía que alcanzará ahora el LHC permitirá multiplicar la recolección de datos, no solo para seguir estudiando las propiedades del Bosón, sino para observar procesos que hasta ahora habían resultado inaccesibles. Después del descubrimiento de «la partícula de Dios», el colisionador permitió descubrir más de 60 partículas compositivas que habían sido predichas por los teóricos, entre ellas algunas consideradas de naturaleza «exótica» como los tetraquarks y los pentaquarks. Entre otras cosas, se pondrá especial atención ahora el origen de la materia y la antimateria en el universo, las propiedades de la materia a temperaturas y densidades extremas, y partículas candidatas a materia oscura. La directora del CERN, Fabiola Gianotti, admitió en rueda de prensa para recordar la proeza científica ocurrida hace una década que su sueño es que en los próximos años el LHC sea capaz de reconstituir la materia oscura, que representa el 25 % del universo. «Con esto nuestra comprensión del universo pasaría del 5 % actual al 30 %, pero no sabemos si será posible», dijo.