Pablo Portabales
Comer en A Pulpeira de Melide es toda una experiencia. Desde el ambiente hasta los platos. Es un local amplio y que siempre está lleno. Se ve a la gente feliz. El pulpo es el rey, pero el negocio de Antonio, Begoña, Gorka y Alba es mucho más. Nadie quiere perderse el cefalópodo que prepara la quinta generación de pulpeiros, pero desde la cocina salen auténticas maravillas.
Para empezar te proponen comerte el mes de junio de un bocado. Sobre un pan del país que tuestan en casa extienden una verdosa mayonesa de pimientos de Padrón, los propios pimientos y, por encima, un lomo de sardina. Está en su punto y me consta que dedican mucho tiempo y esmero para desescamar y quitar hasta la espina más pequeña.