Vagalume, el colegio que hace de la ecología una vía de aprendizaje y vida

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

Mónica Irago

La labor diaria del centro escolar se hace con el premio infantil de Voz Natura

14 jun 2022 . Actualizado a las 21:12 h.

El Vagalume es un colegio público de educación infantil, ubicado muy cerca del centro de Vilagarcía. Sus pequeños habitantes son 80 alumnos de tres, cuatro y cinco años que, arropados por sus profesoras Inma Santos, Leticia Crespo y Purificación Oliveira, han hecho de la ecología una vía de aprendizaje y vida. «Por crear un proyecto diverso con gran vocación de continuidad en el tiempo, y a su vez ejemplo y referencia para toda la comunidad educativa». Esta es la razón que el jurado que la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre ha reunido en torno a los premios Voz Natura esgrime para conceder al centro su galardón infantil anual. Lo hace, además, en una edición especial, con la que el programa que patrocinan la Consellería de Medio Ambiente y Sogama, además de las fundaciones Alcoa y Ramón Areces, la Diputación de A Coruña y El Corte Inglés, conmemora sus 25 años de concienciación ambiental activa en Galicia.

Las acciones que a diario llevan a cabo los pequeños del Vagalume se enmarcan en el proyecto Coas raíces ben asentadas na terra. No es una propuesta que tenga fecha de caducidad, sino un trabajo constante que impregna al completo la actividad del centro. El colegio está con Voz Natura desde hace 23 años, y ya entonces se hizo con un compostero y el magnífico invernadero en el que los chavales hacen crecer zanahorias, cebollas, pimientos, guisantes, tomates, patatas, judías... Todo, identificado con sus nombres en gallego, castellano e inglés. Los cultivos se alimentan con el compost que ellos mismos fabrican con los restos de sus meriendas, siempre que se trate de frutas o vegetales. También con las hojas y los frutos que se desprenden de las moreiras con las que miman a sus gusanos de seda.

Cualquier material es susceptible de ser reciclado en la confección de maquetas, disfraces o alegres bolboretas, con la participación de sus familias. La limpieza de la playa de A Compostela, a la que llevaron sus propios contenedores de vidrio, papel y plástico, fue una de las grandes hazañas de este curso. La cuantía del premio les permitirá comprar mesas de cultivo, renovar el plástico del invernadero y reparar el motor de la Charca dos Peixes para seguir en la brecha.