Bruselas lleva desde el año 2009 impulsando esta medida. En ese año un acuerdo voluntario con los principales fabricantes de dispositivos móviles permitió ese año reducir los cargadores existentes en el mercado de 30 a 3: el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning, exclusivo de Apple.
El pacto armoniza también la velocidad de carga rápida, independientemente del dispositivo de que se trate.
Algunos fabricantes mostraban su resistencia a adoptar un modelo único de cargador, en especial Apple, que quería mantener su cargador exclusivo para aparatos de la marca. El gigante tecnológico asegura que armonizar los conectores de los teléfonos «congelará la innovación más que impulsarla».