Crecen los rumores sobre la renuncia del papa Francisco al pontificado

Darío Menor COLPISA / ROMA

SOCIEDAD

FABIO FRUSTACI | EFE

Sus problemas de movilidad, unidos a una próxima visita a la tumba de Celestino V, el Papa del «gran rechazo», desatan los rumores sobre una hipotética dimisión de Bergoglio

06 jun 2022 . Actualizado a las 20:30 h.

 «Creo que el de Benedicto XVI no es un caso único. Lo veremos como alguien que abrió una puerta, la puerta del Papa emérito». Fue el propio Francisco el que, en mayo de 2014, un año después de su elección como obispo de Roma, puso las bases para que, cada cierto tiempo, surgieran los rumores sobre su posible intención de renunciar al pontificado. Las especulaciones acerca de su presunta voluntad por aprovechar la «puerta abierta» que dejó Joseph Ratzinger en 2013 han vuelto estos días con fuerza a Roma, haciéndose eco de ellas varios medios italianos e internacionales.

Aunque parece poco probable que Jorge Mario Bergoglio vaya a decidirse a dar ese paso antes de que fallezca Benedicto XVI, de 95 años, pues tocaría elegir un nuevo Pontífice con dos Papas eméritos todavía en vida, la coincidencia de varios elementos han propiciado que se reactiven los rumores. El primero lo constituyen los problemas de movilidad de Francisco, que a sus 85 años sufre graves dolores en la rodilla que le obligan a utilizar una silla de ruedas.

Los médicos le han recomendado cirugía, pero Bergoglio ha recurrido hasta ahora solo a infiltraciones locales, que han conseguido una leve mejora en las últimas semanas. El Papa no quiere someterse a una intervención que exija anestesia general, pues no ha pasado todavía un año desde que, el pasado mes de julio, le extirparon 33 centímetros de intestino en una operación en el colon. «A su edad, y dado los problemas que tiene también en la cadera y en la espalda, no está claro que la operación en la rodilla sea una buena opción», asegura una fuente vaticana que, exigiendo el anonimato, descarta que vaya a producirse en breve una renuncia de Francisco.

Lo excluye tanto por las complicaciones que supondría tener dos Papas eméritos como por los compromisos que Bergoglio tiene ya agendados. Además de varios viajes apostólicos, como la gira africana del mes que viene y próximas visitas a Canadá y Kazajistán, destaca el Sínodo sobre la sinodalidad, ya iniciado en su fase diocesana y que se celebrará en su etapa romana en octubre de 2023. Pese a estos eventos, hay otros dos elementos que han contribuido a reactivar los rumores sobre una hipotética renuncia de Francisco.

En primer lugar está el anuncio que hizo el pasado 29 de mayo de que presidirá un consistorio el 27 de agosto, una fecha poco habitual para estas ceremonias, para crear a 21 cardenales, de los que 16 tienen menos de 80 años, por lo que pueden participar en un cónclave para elegir a un nuevo papa. Con ellos, 83 de los 132 purpurados 'electores' habrán recibido la birreta de manos de Francisco, por lo que parece probable que, cuando tenga que elegir a su sucesor, el Colegio Cardenalicio no se aleje mucho de la idea de Iglesia plasmada por Bergoglio.

Justo un día después del consistorio, el Pontífice viajará a la ciudad italiana de L'Aquila, donde visitará la tumba de Celestino V, al que Dante cita como el del «gran rechazo», porque a finales del siglo XIII abandonó la sede apostólica angustiado por el peso del cargo y las intrigas vaticanas. Benedicto XVI también rezó ante su sepulcro en 2009 en un gesto premonitorio que pocos supieron interpretar entonces. A su vuelta a Roma tras la visita a L'Aquila, Bergoglio tiene previsto reunirse durante dos días con los cardenales para explicarles los detalles de la nueva constitución apostólica Praedicate Evangelium, que entró en vigor este domingo y culmina el proceso de reforma de la Curia romana en el que ha trabajado desde el principio del pontificado. Haber terminado ese proyecto añade un último ingrediente a las especulaciones sobre su hipotética renuncia.