Dominique Roujou, enólogo: «Los vinos de Galicia están de moda, se han vuelto tendencia»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

Asegura que los caldos gallegos tienen potencial para competir con los mejores

01 jun 2022 . Actualizado a las 09:13 h.

El enólogo francés Dominique Roujou es un enamorado de Galicia, donde vive desde hace diez años, y de los vinos gallegos. Doctor en Enología y Ampología por la Universidad de Borgoña es asesor de bodegas como Ponte da Boga y de iniciativas como Pagos de Brigante en Betanzos, donde participó ayer en las jornadas de Fevino. Desde la pasión con la que habla está convencido de que los caldos gallegos, tanto blancos como tintos, tienen el potencial para competir con los mejores del mundo.

—¿Cómo llegó a Galicia?

—Llevo diez años viviendo en Galicia, 17 en España. En parte porque mi mujer es madrileña, pero de madre gallega, y en parte porque desde hace muchos años nos parece que Galicia a nivel vitivinícola tiene un potencial asombroso. Gran parte del viñedo español está bajo la influencia de un clima Mediterráneo continental y la única zona con influencia atlántica oceánica es la parte del noroeste. Y donde hay más viñedo es en Galicia. Los tintos y los blancos de Galicia están funcionando muy bien y tienen un futuro aún más prometedor.

—Los viñedos de Betanzos están apostando por la uva branco lexítimo. ¿Cuál es su potencial?

—Me parece una variedad con mucho potencial, muy interesante, fragrante, aromática, muy floral, que da vinos con mucha frescura, con muy buena acidez y refrescantes. Y, además, son vinos que envejecen muy bien.

—¿Betanzos puede convertirse también en un referente del vino de calidad en Galicia?

—Sí, calidad hay. El principal factor que juega en contra de Betanzos es que es un viñedo muy pequeño. Se ha reducido a unas ocho hectáreas de viña en producción, que no son todas de Branco Lexítimo, sino también de otras variedades tintas. Su producción es tan pequeña que es difícil que salgan de aquí y, si se exportan, hay tan poco volumen que es difícil abastecer a los mercados. Lo que juega en contra es su escasez.

—Hay quien compara a Galicia con la Borgoña española, ¿por qué?

—Mirando un poco hacia atrás, en la historia de las viñas las grandes zonas vitícolas tienen un origen monástico. Entonces, por un lado, está este origen paralelo al desarrollo del viñedo y, por otro, lo que tienen en Borgoña es una atomización de su viñedo, porque previamente fueron los monjes los que fueron definiendo, ya desde el siglo XIII, pequeñas parcelas por su aptitud de producir vinos distintos. Y Galicia comparte un poco esta estructura, porque al final hay mucha orografía distinta, mucha diversidad de altitud, de exposición, de variedad, con lo que realmente se pueden elaborar muchos vinos de calidad distintos para el mayor placer de los aficionados.

—¿La clave es la diversidad?

—Galicia tiene potencial para hacer vinos finos, elegantes y con buena capacidad de envejecer.

—Los vinos gallegos están triunfando, pero ¿tienen aún un mayor potencial de crecimiento?

—Sí, aún tienen un potencial importante de crecimiento en los mercados. La Galicia vitivinícola está de moda, al igual que Galicia en general. Hay gente en Tokio o en Nueva York que conoce mejor la Ribeira Sacra u otros viñedos y vinos gallegos que gente de Valencia o de Madrid. Los vinos de Galicia se han vuelto tendencia.

—¿Y qué falta para mejorar?

—Todavía falta cierta definición de los viñedos, de las zonas, si queremos compararnos con la Borgoña o si queremos competir con los grandes vinos de Europa. Para que todo esto cuaje bien lo que hace falta es exigencia por parte de cada uno, por parte de la Administración en delimitar bien las zonas y por parte de los productores en buscar la excelencia. Galicia tiene el potencial para hacerlo, pero aún queda trabajo por hacer para expresar de la mejor forma posible este territorio. Hay que creer en el potencial de lo que tenemos entre las manos y hay que ser lo suficiente riguroso, profesional y exigente para aspirar a llegar a lo más alto.

—De Galicia se siguen conociendo más los blancos en el exterior, pero los tintos cada vez son más reconocidos. ¿Quizás les hace falta más promoción?

—Es lógico, porque proporcionalmente se producen mucho más blancos que tintos en Galicia. Pero los buenos vinos tintos gallegos tienen muy buena aceptación y repercusión. Hay sumilleres de toda España y fuera de España que tienen en su carta a los tintos gallegos y tampoco hay mucho más volumen de producción como para hacer mucho más. La mejor promoción es la propia calidad de estos vinos.