¿Podría convertirse la viruela del mono en una nueva pandemia?

Raúl Romar García
r. romar LA VOZ

SOCIEDAD

Pruebas para la detección del virus en un laboratorio de Alemania
Pruebas para la detección del virus en un laboratorio de Alemania CHRISTINE UYANIK | REUTERS

A pesar de la extensión de las infecciones en once países los expertos consideran que son brotes aislados de fácil control, lo que unido a que la transmisión solo es efectiva mediante contactos estrechos será prácticamente imposible que la enfermedad derive en una epidemia

22 may 2022 . Actualizado a las 19:11 h.

Reino Unido, Portugal, España, Estados Unidos, Canadá, Australia, Francia, Alemania... Y así hasta once. Son los países en los que se han notificado contagios por el virus del simio desde que a principios de mayo se identificara al primer paciente en Inglaterra.

La enfermedad, endémica en África central, se ha extendido rápidamente por todo el mundo, pero en brotes localizados y controlados que han convertido a España en el país más afectado por la infección, con 30 casos confirmados en Madrid, 15 sospechosos, dos más posibles en Canarias y otros posibles en Extremadura, País Vasco, Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña. Una lista a la que hay que sumar a Galicia, ya que el Sergas ha identificado al primer paciente con un cuadro compatible con la enfermedad, a la espera de que el Centro Nacional de Microbiología confirme el positivo.

El enfermo, en todo caso, no ha requerido hospitalización y permanece en su domicilio, al igual que la mayoría de los pacientes detectados en España, que presentan un cuadro clínico leve.

¿Significa esta rápida irrupción de casos que estamos ante las puertas de una nueva pandemia humana de origen animal? No. Primero, porque la mal llamada viruela del simio, ya que el reservorio animal se sospecha que son roedores y no monos, es una enfermedad bien conocida desde que en 1970 se detectara el primer caso en humanos en la República Democrática del Congo. Se sabe cómo es, cómo actúa y cómo tratarla.

Y, segundo, porque su mecanismo de transmisión nada tiene que ver ni con el covid ni con la gripe. No es un virus respiratorio, por lo que para contagiarse se necesita un contacto estrecho con el enfermo, bien a través de sus secreciones infectadas de las vías respiratorias (estornudos), de lesiones cutáneas de un paciente o por fluidos como la saliva, el sudor, la orina o las heces.

También se puede transmitir por los mismos motivos a través de las relaciones íntimas, pero en ningún caso es una enfermedad de transmisión sexual. Y mucho menos afecta solo a homosexuales o a hombres que mantienen relaciones con varones. Que la mayoría de los casos se hayan detectado en este colectivo es solo una mera casualidad. Puede contagiarse cualquier persona en estrecho contacto con un afectado que no guarde unas mínimas precauciones.

¿Pueden identificarse más casos en España y en todo el mundo? Sí, pero porque se ha intensificado el rastreo en todos los países. La alerta se ha activado en todo el mundo, tal y como ha pedido la OMS y el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC), por lo que lo más probable es que afloren nuevos contagios. Y aparecerán más de forma aislada y no abrupta como ha ocurrido con el covid. La ventaja del virus de la viruela con otras más transmisibles es que una vez localizados los casos y rastreados los contactos las cadenas de transmisión pueden cortarse de forma más fácil. Al menos esta es la opinión de los expertos consultados por La Voz.

«No hay posibilidad de una pandemia. Es una enfermedad que conocemos bien, que sabemos su origen, cómo se transmite, y tenemos vacunas y antivirales para tratarla. No es el covid, del que no sabíamos nada. Esto es un brote epidémico, no es una pandemia», zanja José Vicente Tuells, responsable de la Cátedra Balmis de Vacunología y profesor de Medicina Preventiva en la Universidad de Alicante. Y pone el ejemplo del ébola, también originario de África, que puso en vilo a Europa y Estados Unidos cuando se detectaron los primeros casos, que luego fueron aislados y controlados. 

«No se transmite tan fácilmente  necesitas tocar, besar al infectado o entrar en contacto directo con sus mucosas», añade Tuells, que se refiere a la infección como «una enfermedad olvidada porque los países ricos no le han hecho caso hasta que les ha tocado».

El parasitólogo del CSIC Vicente Larraga coincide: «Yo no veo que vaya a ser una epidemia como la de covid». «La transmisión a los humanos es difícil y la población por encima de 50 años está protegida por la vacuna de la viruela», añade.

También lo tiene claro el virólogo del CSIC Mariano Esteban, miembro del Comité Asesor de la Viruela de la OMS. «Este virus, por su baja transmisión, no será nunca como la gripe o el SARS-CoV-2», dice. Para este experto, sin embargo, aun hay incógnitas que deben resolverse. «Me llama la atención la aparición de casos esporádicos en distintas partes, que bien tienen orígenes de infección africano o interelación entre ellos, aunque hay casos sin conexión. Con el seguimiento de los pacientes y entorno sabremos las conexiones y la fuente inicial de infección», explica.

Y hay otra diferencia fundamental que explica porque la viruela del mono nunca tendrá el poder infectivo del covid ni, por tanto, su capacidad de generar una pandemia.  Es un virus de ADN, no de ARN, como el coronavirus, con lo cual es mucho más estable y apenas muta. Lo saben muy bien los virólogos que lo llevan estudiando desde hace más de 50 años.

En la misma línea que sus colegas se pronuncia el investigador Julio Álvarez Sánchez, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Vigilancia Veterinaria (Visavet). «El monkeypox tiene una transmisibilidad relativamente limitada», por lo que ha insistido en que «hay que tener precaución» pero «no alarmarse en exceso».

En la misma idea incide José Vicente Tuels: «Hay que llamar a la calma, porque no existe justificación para alarmar a la población».

«Hay que mantener la cautela, pero no hay que perder los estribos ni alarmarse en exceso. Entiendo que ahora que la emergencia ha surgido y las autoridades sanitarias son conscientes de la situación, lo razonable es pensar que se contenga en un periodo de plazo relativamente corto», asegura Julio Álvarez Sánchez.