A Feijoo, por supuesto, le dedicaron calificativos halagadores. Juanma Moreno destacó ese «cierto magnetismo» que le permite integrar sensibilidades muy distintas y lo calificó como «un gestor venido a político». A Ayuso, en cambio, le llama la atención «ese liderazgo que no es en base a las broncas ni las imposiciones». Y aparte de las referencias al nuevo líder, los dos principales activos autonómicos del PP dejaron bien a la vista esas dos almas del partido ilustradas por su propio carácter, cuando Bertín les preguntó si se iban de cañas con alguien de la oposición. Moreno Bonilla dijo que sí, que tiene «una relación fluida y cordial», pero Ayuso fue tajante: «Yo no». Por un lado cree que «puede haber buenos políticos en todos los partidos», pero de otros entiende que quieren nada menos que «la destrucción completa del país. Yo con esos no pierdo el tiempo».
Feijoo, en cambio acabó con una advertencia, la de que nunca la perdonaría a un compañero «que esté en el partido para lucrarse» y una promesa: «una frase de Václav Havel, el primer ministro checo, que dijo: ‘no estoy aquí para mentiros». Por eso asegura: «Si no puedo decir toda la verdad no la diré, pero mentir nunca».