Las iglesias románicas del Camino miran hacia la salida del sol el domingo de Pascua

La Voz SANTA CRUZ DE TENERIFE / EFE

SOCIEDAD

Puesta de sol entre la niebla en la iglesia de San Miguel de Orbazai, en Lugo
Puesta de sol entre la niebla en la iglesia de San Miguel de Orbazai, en Lugo OSCAR CELA

Una investigación del Instituto de Astrofísica de Canarias revela la importancia del simbolismo temporal en las sociedades medievales

29 abr 2022 . Actualizado a las 13:34 h.

Un estudio liderado por la investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Maitane Urrutia-Aparicio ha evidenciado la relevancia de la salida del sol el domingo de Pascua, una de las festividades cristianas más importantes, en la orientación de las iglesias románicas del Camino de Santiago.

Este trabajo expone la estrecha relación entre el cielo y la orientación de las construcciones de la Ruta Jacobea y demuestra que las sociedades medievales ya incluían el simbolismo temporal en la edificación de sus templos.

Los últimos resultados de la investigación se han publicado en la revista Sustainability, informa en un comunicado el IAC.

El objetivo principal del artículo era investigar la Ruta Jacobea como un canal de comunicación y propagación de ideas, que se reflejan en aspectos técnicos de la construcción de las iglesias, como su orientación, para lo cual el cielo es «un referente claro», explica Maitane Urrutia.

Bajo esta premisa, se analizaron las posibles similitudes y diferencias entre los antiguos reinos cristianos que atraviesa el Camino Francés: León, Castilla, Navarra y Aragón.

Tras el estudio de una muestra de más de 200 iglesias románicas en el Camino de Santiago, los investigadores han demostrado que estas siguen un patrón general de orientación hacia el noreste.

Los investigadores del IAC analizaron la declinación, una magnitud astronómica que permite, entre otras cuestiones, conocer la relación entre las orientaciones de las iglesias y el calendario.

De su estudio infieren diferencias y similitudes entre las diferentes comunidades por las comunidades por las que discurre el Camino Francés, así como la preferencia por las orientaciones pascuales y equinocciales.

El equinoccio y el domingo de Pascua parecen ser las alineaciones más perseguidas, aunque los resultados arqueoastronómicos revelan patrones culturales diferentes dependiendo de los territorios y de las identidades políticas y religiosas que intervinieron.

En León, el pico más significativo está relacionado con la salida del Sol en el equinoccio eclesiástico, el 21 de marzo, de forma similar a las iglesias prerrománicas.

Esto indica una posible continuación de las tradiciones previas. Aun así, también están presentes las orientaciones pascuales, detallan los autores del estudio.

Por el contrario, en las iglesias del vecino reino de Castilla, incluidas las riojanas, predominan las orientaciones hacia el domingo de Pascua.

En Navarra se observa una tendencia hacia el equinoccio astronómico y la Pascua aparece, de nuevo, como objeto secundario.

Además, el estudio sugiere que la orientación equinoccial no se obtuvo por observación directa del Sol sobre el horizonte, sino que podría haber sido calculada mediante un método indirecto como el gnomon, que proyectaba su sombra sobre una escala graduada -como en los relojes solares- y permitía medir el paso del tiempo.

Por último, las iglesias de Aragón constituyen un grupo inusual, ya que presentan posibles alineaciones hacia la salida y la puesta del Sol en el día de Pascua.

«Detectamos un caso similar en la región montañosa de Palencia, pero por el momento no ha sido posible encontrar una explicación satisfactoria para ninguno de estos casos», explica Juan Antonio Belmonte, coautor del trabajo e investigador del IAC.

César González-García, otro de los autores del estudio e investigador del Incipit (CSIC), añade que este artículo «añade valor al papel que desempeña en la arquitectura eclesiástica medieval el cielo, y en particular el Sol, algo ignorado hasta el momento».

«Esto aporta una nueva faceta que refuerza el Valor Universal Excepcional de un lugar calificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad y, en consecuencia, aumenta el interés general del público hacia el cielo que nos rodea», concluye el equipo investigador del IAC.