Y a las suegras les exhortó: «A vosotras, suegras, os digo: tened cuidado con vuestras lenguas. Es uno de los pecados de las suegras, la lengua». También explicó que «la juventud se revela capaz de dar de nuevo entusiasmo a la edad madura» y que« la vejez se descubre capaz de reabrir el futuro para la juventud herida» y ante ello insistió en la importancia de «una alianza de las generaciones».
También animó a las nueras a cuidar la relación con las suegras. «Aunque a veces son especiales, pero han dado la maternidad al cónyuge, han dado todo. Al menos hacerles felices y que lleven adelante la ancianidad con felicidad. Y si tienen defectos, que se los corrijan», dijo.