La única ocasión en el que nuestra vecina cósmica luce colores cálidos es durante un eclipse lunar. El fenómeno astronómico se produce cuando el satélite pasa por la sombra que proyecta la Tierra. No desaparece del todo porque, aunque nuestro planeta es opaco, la atmósfera es traslúcida y la escasa luz que pasa por esta capa tan fina ilumina la Luna. Se viste de rojo por la misma razón que colorea los atardeceres y amaneceres. La luz blanca se descompone en contacto con la atmósfera y el azul se dispersa tanto que no alcanza el ojo humano y aparece el color que viene a continuación, el rojo. Antaño se denominaba Luna de Sangre y en aquellas sociedades tan dependientes de los eventos astronómicos su aparición generaba todo tipo de supersticiones.
En Galicia se podrá observar la Luna Pascua o Rosa perfectamente ya que el cielo está muy despejado, salvo en el norte de la provincia de A Coruña. Como con cualquier fenómeno astronómico se recomienda escapar de la contaminación lumínica.