La reina Isabel II reaparece en público por primera vez en meses en el funeral del duque de Edimburgo

Martín Bastos

SOCIEDAD

La monarca, de 95 años, llegó a la Abadía de Westminster junto al príncipe Andrés

29 mar 2022 . Actualizado a las 19:17 h.

La reina Isabel II ha aparecido este martes en público por primera vez en cinco meses para asistir a una misa homenaje a su marido, el príncipe Felipe, que falleció el año pasado a los 99 años.

El servicio, para conmemorar los años de servicio público y la «larga vida vivida al máximo» del duque de Edimburgo, ha tenido lugar en la Abadía de Westminster y entre los invitados han destacado miembros de otras familias reales, como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y miembros del Gobierno británico, además de familiares de Felipe.

La reina Isabel II se ha desplazado hasta la abadía desde el Castillo de Windsor y acompañada por su hijo Andrés, el duque de York, según ha recogido la BBC. También es la primera aparición pública de Andrés desde que firmó un acuerdo extrajudicial con la mujer que lo acusó en Estados Unidos de haber abusado de ella cuando aún era menor de edad.

Según establecía el programa de la ceremonia, Andrés debía de haber entrado en el templo acompañado por su hija, la princesa Beatriz, y antes de que lo hiciera el heredero a la Corona, el príncipe Carlos, y antes también del segundo en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo. Por eso la sorpresa al ver a la soberana, de 95 años, entrar apoyada en el príncipe Andrés provocó un murmullo en el templo, por lo que supone como gesto de apoyo de la reina a su hijo en estos tiempos difíciles.

Isabel II, de 95 años, ha pasado unos meses turbulentos en términos de salud. Ha tenido problemas con su movilidad y no pudo asistir al servicio religioso por el Día de la Commonwealth a principios de este mes. También dio positivo por covid-19 en febrero, infección que causó preocupación, dada su avanzada edad, y sufrió un bache en su salud a finales del año pasado, cuando pasó una noche ingresada en el hospital.

Con el acto de acción de gracias de este martes, la reina pudo de alguna forma paliar el doloroso funeral con el que tuvo que despedir el año pasado a su marido en plenas restricciones por la pandemia. Sus imágenes en el funeral sentada sola, lejos de su familia, dieron la vuelta al mundo.

Este martes se pudo ver por momentos a una monarca afligida y muy conmovida, a la que en algún momento le asomaron las lágrimas, aunque en todo momento mantuvo el control de la situación.

Al término de la ceremonia, el himno británico de «Dios salve a la reina» sonó más contundente que nunca, informa Efe, en un momento en que a nadie se le escapa que es posible que no haya muchas oportunidades similares en el futuro para demostrar su devoción por una reina que sigue contando con niveles muy altos de popularidad.