María del Mar Malagón, presidenta de la SEEDO: «Cuando una persona tiene obesidad pensamos que es por su culpa, y no es así»

Marta Otero Torres
marta otero REDACCIÓN

SOCIEDAD

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La nueva presidenta de la Sociedad Española de Obesidad cree que hay que empezar a tratarla como una enfermedad crónica, y no solo poner atención en los daños colaterales

28 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo viernes se celebra el Día Mundial de la Obesidad, una problema que afecta ya a la cuarta parte de la población en los países desarrollados. María del Mar Malagón, nueva presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), se ha marcado como objetivo que se reconozca como enfermedad crónica..

—¿Qué es lo que hay detrás de las cifras? ¿Un problema de alimentación o algo más?

—En la alimentación hay un problema de ingresos, de cultura y de tiempo. Se mezclan las tres cosas. La comida con más contenido graso y más azúcar es más barata y llena más. Además, en la sociedad actual estamos alimentándonos todo el día, nuestra capacidad de almacenaje cede y eso nos trae problemas.

—¿Hay que tomar medidas drásticas en la infancia?

—Hay que hacer cambios en los estilos de vida. Integrar ejercicio en su vida e intentar que no estén todo el día con la consola, que tengan más actividad física en su disciplina diaria. que caminen más. Los colegios son fundamentales para eso, y también que haya actividades públicas a las que los niños puedan tener acceso.

—¿Se podría decir que tras el problema de obesidad hay otro de salud emocional?

—Hay mucha presión y mucha estigmatización de la obesidad, se culpabiliza a la persona y se suele asociar con que come mucho, pero no siempre es así. Es una enfermedad crónica y también tiene muchos condicionantes psicológicos, lo que a veces es difícil de entender. Hay una percepción de la obesidad errónea, incluso en el lenguaje. Estamos intentando cambiar el término obeso por «persona que vive con obesidad», igual que no se dice que es una persona cancerosa, sino una persona con cáncer.

—Y eso en una sociedad con unos cánones de belleza tan estrictos.

—Pues sí, porque por desgracia evaluamos de forma diferente a una persona delgada, o atractiva. Inconscientemente le damos más crédito que a una persona que tiene otro aspecto.

—¿Cuál es el problema físico que origina esta enfermedad?

—El metabolismo se altera, el gasto energético también se altera, y ahí perder peso es mucho más difícil, porque los mecanismos internos de control del gasto energético están alterados, incluso el afán de comer también aumenta. No es una cuestión solo de voluntad es que el metabolismo te facilita mantener esa obesidad.

—Uno de sus objetivos como presidenta es lograr que se reconozca la obesidad como una enfermedad crónica.

—Es que es una enfermedad crónica que se mantiene en el tiempo, por eso para quienes la sufren es difícil mantener una dieta durante toda la vida. No estamos hablamos de sobrepeso, que es más fácil de corregir. Para una persona que tiene obesidad tener que estar sometida a dieta es frustrante porque la pérdida de peso no se corresponde con el esfuerzo que hace. Cuando las personas que viven con obesidad van al médico van por las comorbilidades de la propia obesidad, como la tensión, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes... Van más por esto que por el hecho en sí de la obesidad. No se recetan fármacos para las personas obesas, esa es la mentalidad que tiene que cambiar.

—¿Hay algún fármaco prometedor en el horizonte?

—Este año va a haber opción de algunos tratamientos farmacológicos que muestran una eficacia mayor que los que había hasta ahora y que son más seguros, sin tantos efectos secundarios. Pero los fármacos tienen una eficacia relativa, no van a hacer que una persona pierda cien kilos. Lo que pueden ayudar es a que pierda un porcentaje de peso que le anime a hacer el cambio de vida y reequilibrar su metabolismo para que se adapte a menos peso.

—¿Y la cirugía, se sigue recomendando?

—La cirugía bariátrica se sigue utilizando, es una intervención totalmente segura y eficaz, pero no deja de tener efectos colaterales. Es como cuando nuestra opción es tomar una pastilla o un inyectable: hay que pasar por el quirófano y supone un gasto porque toda la vida tienes que tomar una serie de suplementos... Pero el objetivo es tratar de prevenir y no tener que llegar hasta ese punto.

—Y lograr un tratamiento que aborde el problema desde todos los flancos.

—Sería ideal que el enfoque fuera multidisciplinar porque es una enfermedad multifactorial, y aquí la medicina personalizada es lo ideal, porque cada caso es diferente. Hay gente que necesita más refuerzo psicológico y también hay que hacer planes personalizados de ejercicios porque el que tiene que hacer una persona con obesidad no es el mismo que el de una persona que no la tenga.