La Iglesia se pone un plazo de un año para la auditoría sobre los abusos: «Vamos a ir hasta el final»

doménico chiappe COLPISA / MADRID

SOCIEDAD

Diego Fernández

Identificar a las víctimas, primera misión de Cremades & Sotelo para la institución religiosa.

11 jun 2022 . Actualizado a las 16:39 h.

Una vez recibido el encargo de realizar una «auditoría independiente sobre los abusos sexuales en el ámbito de la iglesia católica española», el abogado defensor Javier Cremades, presidente del despacho Cremades & Calvo Sotelo, se presenta. «Yo soy católico, miembro del Opus Dei y tengo pleno convencimiento de que la iglesia debe ir hasta el fondo, pedir perdón y rectificar en todo ello que sea necesario». Un acto inusual, revelar su fe en un Estado laico, pero necesario para apuntalar la transparencia que requiere el caso de víctimas de abusos y agresiones sexuales, muchas menores de edad, perpetrados por sacerdotes durante décadas. «Un tema doloroso», apunta Cremades, en una rueda de prensa en Madrid, junto al cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal española. La auditoría se realizará en el plazo de un año, y trabajarán en coordinación con el Defensor del Pueblo. «Vamos a ir hasta el final», ha subrayado el presidente de la firma legal.

«Pido público perdón por los abusos de la Iglesia y las víctimas que tanto dolor han padecido y padecen», comienza Omella. «A la iglesia también nos duelen los abusos que se han sucedido. La Conferencia Episcopal quiere dar un paso adelante en su obligación de transparencia social, de ayuda y reparación a las víctimas y colaborar con las autoridades sobre los casos de abuso sexual que pesan sobre la iglesia española. Encargamos una investigación independiente que audite todo el trabajo de las diócesis. Lo que se puede mejorar y lo que no».

 El trabajo del despacho de abogados, que es «adicional» al que realizan en «en las más de 40 oficinas delegadas de la iglesia», prosigue Omella, «deberá tener toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acaecidos en el pasado y para impedir los abusos en el futuro. El principal objetivo es la ayuda, con nuevos cauces de reparación. En segundo lugar establece un puente que facilite el trabajo de las autoridades». Se trata, en palabras del cardenal, de «un nuevo vehículo de colaboración».

Identificar a las víctimas

Como nuevo portavoz de la Conferencia Episcopal, el despacho Cremades & Calvo Sotelo pretende revelar «realmente la verdad de los hechos», mantiene Cremades, cuya firma no «facturará», excepto los gastos y pagos a terceros; empezará con un equipo de 18 personas, entre ellos exmagistrados; no tiene límite «material ni de tiempo» pero se estima que demore doce meses; está en contacto con el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, y pretende crear un método de trabajo híbrido, que combine el de la comisión independiente alemana, para lo que han contactado ya a algunos de sus asesores, con una visión de la propia iglesia española.

De hecho, la «auditoría», como la llaman en lugar de «investigación» o «defensa», parte de dos ramas. Una, el «trabajo previo realizado por las diócesis» sobre los abusos sexuales encubiertos en sus predios y, la otra, un buzón público para establecer contacto con las víctimas. «Ojalá haya muchas personas que se animen y confíen que van a tener una respuesta y una atención pormenorizada», afirma Cremades. «Trataremos de contactar con ellos a ver si están interesados en conversar con nosotros. Nos reuniremos con las asociaciones, una a una». Junto con ello, cualquier persona puede denunciar ahora a través del correo habilitado por el despacho denunciaabusos@cremadescalvosotelo.com. En esta línea, también accederán a todos los listados de afectados para contactar con ellos y se reunirán una a una con todas las asociaciones.Tampoco se descarta que se ofrezcan indemnizaciones a las víctima.

Al estar «empezando de cero» aún queda por afinar la metodología. No está definida de qué manera se tratará a las víctimas, qué valor y credibilidad se dará a sus testimonios, cómo se investigará cada caso o cómo evitar la revictimización en este proceso de identificación e investigación. «¿Alguien puede pensar que, si se identifica un daño, no haya una reparación? Vamos a investigar todas las acusaciones», anuncia Cremades.

Y el cardenal Omella puntualiza: «Las víctimas de abusos sexuales no son un número ni una firma digital ni un anónimo. Son personas con una historia».