El Gobierno elimina la mascarilla en exteriores justo después de ratificarla

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Una mujer con mascarilla en la calle este viernes en Ribeira
Una mujer con mascarilla en la calle este viernes en Ribeira CARMELA QUEIJEIRO

La medida irá al Consejo de Ministros el martes para que tenga efecto el jueves

05 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el jueves ya no será obligatorio llevar la mascarilla en exteriores en España. La ministra de Sanidad lo confirmó ayer en una entrevista concedida a la Cadena Ser. «El próximo martes llevaremos al Consejo de Ministros el real decreto en virtud del cual eliminaremos la obligatoriedad de la mascarilla en el exterior», adelantó Carolina Darias, que el miércoles ya había dado algunas pistas sobre sus intenciones.

Esta retirada llega después de que el martes los diputados convalidasen en el Congreso el Real Decreto Ley 30/2021 del 23 de diciembre, con lo cual se ratificó y se mantuvo en vigor la obligatoriedad. Lo hizo, además, con mucho ruido político de partidarios y detractores por colar el asunto en una votación conjunta con las pensiones y la contratación de médicos jubilados.

Llama la atención que la ministra haya incidido en los últimos días, una y otra vez, en que recuperaron la mascarilla en exteriores porque así lo acordaron los presidentes autonómicos el 22 de diciembre y que ponga siempre por delante a la Comisión de Salud Pública cuando ahora anuncia que retirarán los protectores antes de que se reúna este grupo.

Eso sí, la ministra también señaló que este lunes, antes de la reunión del Gobierno, se va a la celebrar una reunión del Consejo Interterritorial, que habitualmente es los miércoles, «para llevar este asunto y ser también planteado y debatido». Pero en cualquier caso, dejó bastante claro que la decisión está tomada, algo que por otra parte entra dentro de la lógica porque es una competencia del Gobierno, por más que chirríe dentro de esa pretendida estrategia de cogobernanza.

Al margen de estas incoherencia, la titular de Sanidad volvió a insistir en la medida era necesaria en su momento «ante el crecimiento exponencial que teníamos en aquel entonces y especialmente ante la incertidumbre respecto a lo que significaba esta nueva variante ómicron, que no sabíamos cuál iba a ser realmente su impacto en términos de capacidad asistencial». No le cabe duda de la utilidad de la mascarilla «como efecto barrera» y más cuando «íbamos a entrar en unas fiestas que implicaban una mayor interacción social, una mayor movilidad», como ya se evidenciaba con las «aglomeraciones en las calles».

En cualquier caso, la intención fue siempre mantenerla durante «el tiempo estrictamente necesario, hasta que los indicadores —como está constatándose— aconsejaran una medida distinta. Y eso es lo que estamos viendo. Desde hace ya varias semanas vemos como día a día todos y cada uno de los indicadores van mejorando, especialmente el que nos habla del nivel de circulación del virus, que ha minorado en torno a un 30 % en las últimas semanas desde que hemos iniciado este descenso», recalcó Darias, que también puso el acento en algo que hasta ahora no había ocurrido nunca en la pandemia: que la «minoración de las hospitalizaciones y las ucis se da casi al mismo tiempo que la de la incidencia acumulada».

La reacción de Feijoo

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, está de acuerdo con el cambio y saluda que se tome esta decisión, «se é que se produce». Ahora bien, critica la manera de hacerlo y liga este movimiento con la votación de la reforma laboral.

«Creo que nos aforraríamos bastantes discusión estériles se o ministerio aceptase que cando unha proposta está motivada, cando se basea exclusivamente en criterios clínicos non debemos rexeitala simplemente por quen a fai», afirmó el presidente, para quien «sorprende moito que ata hai catro días non se podía retirar a máscara e os que pedíamos unha retirada controlada en exteriores —sempre que se poida gardar a distancia de seguridade— non estábamos sendo leais. E agora parece que si».

El titular del Gobierno gallego dice que «vivimos nun país no que cada día hai un lío político, un lío parlamentario e hai que sacar todos os días noticias para que non se fale do lío do día anterior», por lo que lamenta «profundamente que esteamos dando esta sensación de vaivén e de inseguridade na xestión da pandemia de forma constante».

¿Por qué Sanidad convalida un decreto para luego derogarlo? 

La aparente incoherencia de convalidar un decreto para cinco días después de aprobar otro que lo deroga tiene un explicación legal, que expuso la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, y que corrobora el catedrático de Derecho Constitucional de la USC Roberto Blanco Valdés.

«La convalidación es una previsión constitucional» afirmó la ministra para argumentar porque se toman dos decisiones que en principio parecen contrapuestas.

El Gobierno «tiene que llevarlo necesariamente a ratificación, porque si no se convalida es como si no se hubiera aprobado nunca y los actos desarrollados bajo esa ley quedarían sin cobertura legal», tal como especifica Blanco Valdés.

En otras palabras, al margen de los efectos que pueda tener a futuro —poco porque se va a derogar el martes— lo que estaba validando aquí Sanidad era lo que ya se ha hecho, dándole cobertura parlamentaria a la medida, tal como exige la ley.

El motivo fundamental de que suene todo tan raro es, en palabras de Blanco Valdés, «el abuso por parte de todos los gobiernos, no solo de este, de los decretos ley». Son figuras creadas para atender a medidas imperiosas por «causas extraordinarias, de urgente necesidad», pero que en la práctica se usan casi para cualquier cuestión que el Ejecutivo de turno quiera sacar adelante. Eso sí, deben «ser inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad al Congreso de los Diputados, convocado al efecto si no estuviere reunido, en el plazo de los treinta días siguientes a su promulgación», tal como recoge el artículo 86 de la Constitución Española.

Esos «treinta días siguientes» del texto constitucional también han dado lugar a debate en los últimos días, por parte de quienes entienden que ya que el decreto se aprobó el día 23 de diciembre la obligatoriedad de la mascarilla en la calle habría decaído hace dos domingos. Sin embargo, ese precepto impreciso de la Constitución lo desarrolla una normativa posterior, en este caso el Reglamento del Congreso de los Diputados. En su artículo 90.1 dice que «este plazo, improrrogable, se computa en días hábiles». De ahí que se convalidase el día 31, dentro de plazo.