«Lo que está pasando este invierno con la nieve es algo extraordinario»

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La ausencia de lluvia provoca que muchas estaciones de esquí todavía no hayan podido abrir en todo el invierno. Entre ellas se encuentra la de Manzaneda

05 feb 2022 . Actualizado a las 19:50 h.

Un mundo cada vez más cálido es perfectamente compatible con nevadas extraordinarias. Incluso hay cabida para un temporal de nieve histórico que puede paralizar todo un país, como ocurrió con Filomena el año pasado. La nueva normalidad de la corriente en chorro puede canalizar aire muy frío desde el polo norte hasta la Península y favorecer nevadas descomunales. Sin embargo, hay que diferenciar entre lo que puede ser un episodio aislado de lo que apunta la tendencia. Y en este sentido, la evidencia indica que la nieve es un meteoro que se encuentra en peligro de extinción ya que su formación depende de la temperatura y la Península se está calentando de manera más intensa que otras regiones del mundo. La media ha ascendido 1,7 grados desde los años 60 y las proyecciones climáticas para el período 2081-2100 predicen un ascenso entre 4,2 y 6,4 grados en el peor escenario, entre 3 y 4 en el intermedio y entre 2 y 3,4 en el más optimista.

Aunque, como ocurre con la lluvia, resulta complicado saber cómo evolucionará la cantidad de nieve, por ejemplo, en función de la altura. «Está claro que la nieve en cotas bajas, según los estudios por debajo de 2.000 metros, se van a ir haciendo más infrecuentes. Pero eso no quiere decir que por encima de eso vaya a caer menos nieve. En una atmósfera más cálida puede haber más precipitación», explica Juan Taboada, de MeteoGalicia. «De hecho, un posible problema en algunas zonas puede ser el aumento de inundaciones en primavera por el deshielo en esas cotas por debajo de 2.000 metros. Eso pasó a principios de diciembre en la enorme crecida del Ebro», añade Taboada. 

El informe sobre impactos del cambio climático en España publicado el año pasado por el Ministerio de Transición Ecológica destaca que los días de nieve en el norte peninsular se redujeron un 50 % desde la década de los 70.

Este invierno la anomalía seca que afecta a todo el oeste de Europa se refleja también en el descenso de los días con precipitaciones en forma de nieve. «Hasta el momento, las nevadas se han producido solo en las zonas de montaña de Galicia, en cotas relativamente altas. En cuanto al número de días con nieve, en noviembre hubo 3, en diciembre 4 y en enero 1», apunta Francisco Infante, delegado de la Aemet en Galicia.

Las estaciones de esquí son las principales víctimas del retroceso de la nieve. Muchas estaciones solo tienen disponibles a día de hoy la mitad de los kilómetros abiertos. La de Manzaneda está abierta para uso turístico (spa, bike park...), pero no para el esquí. «La temporada está siendo terriblemente mala. No hemos podido abrir ni un solo día. Pero hay que decir que hay otras estaciones en España en la misma situación y que si no nieva pronto otras muchas estarán igual», reconoce Víctor Picos, director de la estación.

Lo cierto es que las imágenes que llegan desde la mítica estación gallega parecen más propias de una primavera avanzada que de pleno invierno. Las condiciones actuales son tan desfavorables que ni siquiera se ha podido plantear la posibilidad de usar nieve artificial. «Tenemos un fenómeno local que es el de la inversión térmica. Con esta situación mientras en Ourense el termómetro desciende hasta los 5 grados bajo cero, aquí en Manzaneda estamos a unos 9,5 grados. Así es imposible. Tenemos datos desde el año 2000 y es la primera vez que no ha sido posible abrir. Esto es algo extraordinario», lamenta. 

Picos confiesa que el futuro de la estación pasa por adaptarse al cambio climático. «Lo que estamos haciendo es reforzar las actividades de verano. El año pasado la temporal estival fue muy buena. Pero no debemos olvidar que esto es una estación de esquí y aunque el futuro no sea muy esperanzador, siempre estaremos preparados para abrir cuando haya nieve. Se trata, por tanto, de reformular el negocio sin perder nunca la esencia del mismo», concluye.