Benidorm Fest: Los mensajes ocultos en el vestido de Rigoberta Bandini

SOCIEDAD

El atuendo con el que Paula Ribó se aupó el jueves al escenario -y el que se enfundará de nuevo esta noche- está lleno de guiños a las mujeres, a su familia e incluso al «caldo en la nevera»

30 ene 2022 . Actualizado a las 01:34 h.

El jueves, en la segunda semifinal del Benidorm Fest, Rigoberta Bandini se plantó en el escenario cubierta de los pies a la cabeza por un impecable vestido blanco ideado para la ocasión por Joan Ros Garrofé, coordinador del departamento de moda del BAU, el Centro Universitario de Artes y Diseño de Barcelona. La pieza, cortada a láser, es un homenaje «a los tapetes de toda la vida», explicaba ayer la institución educativa, e incorpora los versos de la canción con la que Paula Ribó pretende representar a España en Eurovisión el próximo 14 de mayo. Entre otras cosas. Porque en este espectacular diseño del que Rigoberta va desprendiéndose a medida que avanza el espectáculo no solo hay guiños a Ay mamá, ese himno que reivindica la feminidad y el cuerpo de la mujer, sino también a su familia, al tarot e incluso a una popular marca de caldo. Por si alguien está lejos de casa y se le antoja una taza al escuchar su pegadiza letra.

Ha sido la propia Ribó la encargada de revelar todos los mensajes ocultos en su atuendo, una suerte de amuleto que se enfundará de nuevo esta noche para defender su propuesta junto a su particular banda de acompañantes: su prima Mari Belen Bareyns, dos bailarinas más (Marta Ros y María Isabel Olea), su marido, Esteban Navarro Dordal, (mitad del dúo humorístico Venga Monjas) y su primo Juan Bareyns. «Es un grito a las madres», ha explicado en un vídeo de TikTok.

En pleno pecho, el vestido lleva troquelado un gran ojo, idéntico al que Rigoberta Bandini lleva tatuado justo debajo, en su propia piel. «Me ilumina y me conecta con cosas bonitas», comenta. Un poco más abajo, puede distinguirse la figura de una emperatriz. «En mi centro, en mi barriga. Y para todas», apunta, insistiendo en un mensaje que la catalana ha querido dejar muy claro desde que cantó por primera vez su canción: «Algunas mujeres creamos vida con nuestros cuerpos, otras no, pero de alguna manera todos somos una». Todas son mujeres, creen vida o no. 

Completan el diseño de Joan Ros términos clave de Ay mamá: la palabra belleza adorna la manga izquierda, tetas -no podía faltar- la zona de la falda, en la orilla vertical de la sugerente abertura lateral y, por supuesto, el vocablo mamá. La parte posterior recoge además el logo de una popular marca de caldo, en referencia al cuarto verso de la canción. «Tú puedes hacer tu caldo o comprar Aneto, que es muy bueno», propone Ribó. «Y no me pagan -agrega-. Pero soy muy buena persona». El último detalle lo esconde uno de sus puños, donde puede leerse el nombre de su hijo, de año y medio: Nico

«El vestuario es un grito a las madres. A las madres de las madres. Al tiempo empleado de forma altruista, como los tapetes de ganchillo. Horas dedicadas a embellecer la vida, a hacerlo todo más blando -explicaba en otra publicación, esta vez en Instagram-. A dar un espacio donde reposar, donde estar seguro. A la fuerza estoica de tirar adelante».

Y como al terminar la actuación Rigoberta Bandini luce una imagen completamente distinta, también ha querido detallar el por qué de su body nude, «un homenaje al cuerpo de las mujeres» tal cual son, «sin pedrería, sin adornos». «Cualquier cuerpo no necesita nada más que este mismo. Homenaje a todos los cuerpos, a la belleza de la desnudez y lo que nos han hecho creer que son imperfecciones».