Una pareja sin certificado covid pide el libro de reclamaciones y se niega a salir de un bar hasta que la desaloja la Guardia Civil

toni silva LA VOZ

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El propietario de Casa Zapateiro, en Mesía, muy molesto con la reacción de unos clientes: «Chegaron a pedirlle o DNI á camareira»

26 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El propietario de Casa Zapateiro en la parroquia de Lanzá, un bar-restaurante de carretera en el municipio de Mesía (A Coruña), no olvidará la rocambolesca y violenta situación vivida el pasado fin de semana, cuando una pareja entró en el local a tomar unos cafés. La camarera les pidió el certificado covid, a lo que las dos personas, oriundas de Salceda de Caselas (Pontevedra) respondieron exigiendo una hoja de reclamaciones porque, aseguraban, se estaba atentando contra sus derechos.

La empleada llamó al propietario del negocio, Fernando García, quien les insistió en cumplir con la normativa. «Chegaron a pedirlle o DNI á camareira», señala García, muy molesto con la actitud de estos clientes que se resistían a abandonar el local. «Negáronse a marchar, e insistiron en cubrir unha folla de reclamacións, entón lles dixen que primeiro tiñan que saír fora e eu daríalles as follas no exterior», relata García. Los vecinos de Salceda de Caselas no se movieron, «e ameazaron con chamar á Garda Civil porque, segundo eles, eu carezo de autoridade e competencia para solicitarlles o certificado».

Tras pedirles que, por lo menos, dejaran libre la entrada para el acceso a los clientes, fue Fernando García quien llamó al cuartel de la Guardia Civil de Ordes. «E hai que agradecer que non tardaran nada, porque esta xente non se ía mover», dice.

Media hora después, salen

Todo cambió cuando los agentes se personaron en Casa Zapateiro. La pareja salió al exterior y una vez allí, Fernando les facilitó las hojas que pedían. «El chegou a dicirlle á camareira que era avogado e que a lei estaba da súa parte, en ningún momento soltaron palabras malsoantes ou insultos, pero vin moita prepotencia», explica el dueño del local.

Este desagradable episodio se une a los muchos sinsabores que este hostelero, como la gran mayoría del sector, acumula desde el inicio de la pandemia, primero con cierres obligados, con aforos que cambian a golpe de DOG, con clientes que se olvidan la mascarilla... «As normas están para cumprirse, aínda que non nos gusten. E dende o 31 de decembro eu teño que verificar o certificado covid a todos os que queiran entrar dentro deste local», razona García. No es la primera vez que se encuentra con personas que no ofrecen el pase covid, a los que invita a ocupar una plaza en una terraza semicubierta. «Pero a maioría marcha».

Se queja de que la respuesta a las exigencias no sea unánime. «As normas non se están a cumprir en todos os establecementos, e os clientes non entenden por que nuns sitios si e noutros non. E logo está o tema dos traballadores, aos que no lles podes esixir que se vacinen. Hai moitas cousas que custa entender, pero aínda así, eu cumpro coas normas», concluye Fernando García.