Entra en vigor en Francia el pase que bloquea la vida social de los no vacunados

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

ERIC GAILLARD

Las multas por los certificados falsos se elevan hasta los 75.000 euros, una medida impuesta ahora para evitar que suceda algo parecido con el anterior pasaporte covid, en el que se registró una oleada de documentos fraudulentos

24 ene 2022 . Actualizado a las 16:54 h.

Desde este lunes, para acceder a restaurantes, bares, gimnasios o al transporte público en Francia es necesario estar inmunizado contra el covid. La entrada en vigor del pase vacunal supone un nuevo desafío para un sector tan castigado en la crisis sanitaria. Sin embargo, este dispositivo no ha suscitado, de momento, «recelo» de la clientela.

Un equipo de la agencia EFE recorrió varios establecimientos del centro de París, cuyos gerentes no notaron cambios ni problemas especiales durante las primeras horas de la entrada en vigor de la ley, aprobada hace una semana tras un tortuoso camino legislativo y ratificada el pasado viernes por el Tribunal Constitucional.

«En nuestro club no ha habido clientes recelosos; al contrario, los socios lo comprenden completamente, nosotros hacemos nuestro trabajo y cumplimos con lo que el Gobierno nos pide», señala Nicolas Ferrara, gerente de un gimnasio junto a la Bolsa.

Ferrara no teme una disminución de clientes, pues, estima, el factor que más pesa es el del trabajo a distancia, y no los pases, ni el actual vacunal, ni tampoco su antecesor, el sanitario, que funcionaba también con una prueba negativa de covid, algo que la nueva norma ha eliminado para estimular la inmunización.

«Hay algunos clientes que se resisten, pero ellos lo acaban entendiendo, porque no somos nosotros (los gimnasios) los que lo imponemos», explica.

La comprobación de la identidad asociada al pase vacunal por parte de los restauradores, una acción normalmente potestad de los cuerpos de Seguridad del Estado, ha sido una de las cuestiones más peliagudas de la nueva ley. Los legisladores la aprobaron al término de una larga negociación y el Consejo Constitucional acabó dando el visto bueno.

Bruno Truel, quien dirige el bar de inspiración escandinava Nutbar, reconoce que no ve necesario pedir la identificación, porque «se trata de clientes habituales» a los que conoce. «Sigue el mismo procedimiento (que en el del pase sanitario), las personas muestran su código, nosotros lo escaneamos y si se enciende la luz verde, se puede entrar», explica Truel.

El gerente, sin embargo, sí que se prestará a comprobar la identidad en caso de que vea «a alguien que en su pase figuren 50 años y tenga la apariencia de una persona de 18».

En la cafetería Vaudeville, que acaba de cumplir un siglo, también tienen una cierta desconfianza a pedir un documento de identidad para «no incomodar» a los clientes.

Oleada de pases falsos

Precisamente, los casos de falsificación de pases sanitarios, a partir de hoy vacunales, han sido de varios cientos de miles, según las autoridades.

Para contrarrestar este fenómeno, el Gobierno cuenta, entre otras medidas, con un aumento de las multas (hasta 75.000 para quien tenga varios pases falsos) y con un mayor control por parte de los restauradores. Al menos es en lo que Ejecutivo francés confía.

«Si llega un cliente que no quiere mostrar el pase, que no está de acuerdo, que surge alguna duda sobre su identidad, ¿cuál es el interés del restaurador? El de verificar su identidad para que el virus no circule y no contamine, por ejemplo, a sus empleados», señaló el ministro de Economía, Bruno Le Maire, en una entrevista con France Info.