Colapso en todas las áreas
Los trabajadores resaltaron el esfuerzo realizado «facendo xornadas fóra do horario e dobrando. A xerencia comprometeuse a buscar unha solución e seguimos sen cambios». La problemática se extiende, según apuntaron, a todas las áreas: «aos distintos hospitais e a urxencias, farmacia, laboratorios, celadores, cociña, lavandería... todos sofren o colapso». Igualmente, denunciaron la situación de los eventuales: «Te llaman de ya para ya como si no tuvieras vida. Las condiciones son pésimas y por eso no hay enfermeras ni médicos. Se forman en la universidad pública, porque es de calidad, para acabar trabajando en el privado porque ofrecen contratos más estables», comentaron María Souto y Mercedes Soel, ambas enfermeras.
Entre las consignas se escucharon «urxencias saturadas, xerencia relaxada», «Feijoo escoita, a sanidade está en loita» o «colas esperadas, medidas improvisadas». El Novo Chuac también fue objeto de críticas con pancartas con mensajes como «menos cemento e máis persoal o «pouco persoal, para tanto hospital». De hecho, a la convocatoria acudió la plataforma de afectados por la ampliación del hospital. Para María del Mar Galán, que lleva un año trabajando en el Chuac, la situación es «de locos». «Trabajé antes en Lugo y pensaba que aquí todo funcionaba mejor porque es un centro de referencia, pero es un caos».
A la concentración no faltaron trabajadores de atención primaria ni miembros del Movemento galego pola defensa do sistema público e as pensións: «Isto aféctanos a todos», apuntó Paz González. Además ,acudieron Valentín González Formoso, secretario general del PSdeG y la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón.
Elisa Álvarez
Con la sexta ola de covid empezando a encauzarse, Julio García Comesaña (Vigo, 1968) se ha enfrentado estos días a una atención primaria desbordada y al hastío de sus profesionales. Insiste, no obstante, en que la Consellería siempre ha cuidado este nivel asistencial.
—Antes de la pandemia ya se hablaba de una primaria sobrecargada, ahora los profesionales dicen que no pueden más, ¿estamos en el peor momento de este nivel asistencial en años?
—Tenemos una ola que afortunadamente no genera una presión asistencial desmesurada, pero sí un número grande de casos leves que sobre todo en el ámbito laboral necesitan una baja. En estos dos años hemos tratado de cuidar la primaria. Cuando empezamos a hacer las pruebas de autocovid lo hicimos para evitar que el paciente fuese al centro de salud; el verano pasado tomamos medidas para que los autotest hechos en casa no acabaran en primaria, por lo que se podía hacer el test en la farmacia. Ahora ya no es necesario ni eso y se puede registrar el test positivo en un formulario web. Llevamos 70.000 autopositivos desde el 1 de enero que han disminuido la carga de atención primaria. También intentamos que el rastreo y la central de contactos no recaiga en los centros de salud. Siempre lo hemos intentado y no porque la primaria estuviera mal, que desde luego ha vivido situaciones complicadas, sino por filosofía. La vacunación se ha hecho fuera de estos centros.
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