Trece años de Klaus, el ciclón que hizo historia en Galicia

SOCIEDAD

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El 24 de enero del 2009 una potente borrasca dejó en la comunidad gallega la racha de viento más elevada en la península ibérica desde que existen registros

24 ene 2022 . Actualizado a las 16:30 h.

Con este tiempo tan estable puede que hayamos olvidado que Galicia es un país de temporales. Los potentes ciclones extratropicales que circulan por el Atlántico suelen afectar con fuerza al noroeste peninsular. Desde que las agencias meteorológicas nombran a los sistemas de bajas presiones más potentes, cientos han visitado la comunidad.

La memoria colectiva de los gallegos recuerda sobre todo a Hortensia, los restos de un huracán que se convirtieron en una profunda borrasca que rozó la costa gallega el 4 de octubre de 1984. Nació el 23 de septiembre en las Islas Bermudas y lo que primero fue una tormenta subtropical se convirtió 48 horas después en huracán de categoría 1. Durante algunos días se movió por la región sin generar grandes daños y el 2 de octubre perdía fuerza al noroeste de las Azores, convirtiéndose en ciclón extratropical, pero manteniendo el nombre. Contra todo pronóstico ponía rumbo a Galicia y el 4 de octubre era ya una borrasca de 985 milibares que  destrozó todo a su paso con sus vientos de 150 kilómetros por hora. 

Sin embargo, la borrasca más famosa de la historia de Galicia no fue precisamente la más potente. Eso le pertenece a Klaus, el ciclón que dejó la racha de viento más elevada desde que existen registros. Y no solo en Galicia, sino en toda la Península. Durante la madrugada del 23 al 24 enero del 2009 se midió en la estación de la Aemet en Estaca de Bares una racha de 229 kilómetros por hora. Han pasado trece años y sigue siendo un récord. El fuerte temporal en Galicia se explica por dos motivos: su naturaleza explosiva y su posición.

En el año 2009 se desconocía por completo que era una ciclogénesis explosiva. Klaus introdujo el concepto en la cultura meteorológica de los gallegos. Se trataba de una borrasca que se aproximaba a la comunidad gallega mientras perdía presión rápida e intensamente. En menos de 24 horas su presión mínima central cayó desde los 994 a los 974 milibares (mb). Es decir, 20 milibares en un día, una condición imprescindible para que un ciclón sea considerado actualmente como explosivo. Esa caída tan brusca aumentó la fuerza del viento. Eso sí, Klaus tampoco fue la más profunda que visitó Galicia. El 16 de febrero de 1941 una borrasca sin nombre y con una presión de 955 mb se situó sobre la comunidad gallega.  

Lo que de verdad marcó la diferencia con Klaus fue la posición que ocupó el 24 de enero. El centro de acción prácticamente estaba rozando la costa norte de la comunidad. Es decir, los vientos más fuertes que acompañaban al potente ciclón fueron los que soplaron en Galicia. Lo normal es que los sistemas de bajas presiones que generan fuertes temporales de viento afectan a la comunidad cuando están situadas al sur del Reino Unido. 

Esto fue lo realmente extraordinario y también ocurrió con Hortensia. En este sentido, ambas borrascas tuvieron un impacto muy elevado no tanto por sus características, sino por la proximidad. Aquella jornada histórica los vientos superaron los 100 kilómetros por hora de manera generalizada y en al menos cuatro estaciones se superaron los 170.