—Llegados a este punto, ¿Cuál es el camino: contención, mitigación, gripalización...?
—Me preocupa mucho que estemos continuamente tratando de ponerle nombre a las cosas, como intentando justificar determinado tipo de momentos. ¿Estamos gripalizando esta pandemia? En mi opinión no, todavía no. Seguimos estando ante una pandemia, una enfermedad infecciosa que tiene un impacto internacional, en muchos países al mismo tiempo. Seguimos ahí todavía. Cuando hablamos de que se convierta en algo estacional y estamos pensando ya en el otoño que viene nos estamos mirando a nosotros, a Europa. Estamos a ver si ahora pasamos esta sexta ola, pero el virus va a seguir entre nosotros varios años, no unos meses. Además, mientras aquí estamos por la sexta ola y con tercera dosis de vacuna, en otros lugares del mundo van por otras olas y con otras variantes. Ahora mismo si miramos al cono sur, que están en verano, están teniendo una incidencia muy alta y muertes muy elevadas. Por lo tanto, no podemos asegurar que este virus sea estacional. Por eso probablemente cuando nosotros nos relajemos en primavera y en verano —que yo espero que sí, que la incidencia baje mucho— el virus seguirá circulando por el resto del mundo. Entonces, en cualquier momento podrá aparecer una variante y volveremos a empezar. ¿Igual que en la primera ola? No. Probablemente el virus tendrá menor poder patógeno, la situación será diferente pero podrá hacer también daño. Hace tiempo que llevamos diciendo en muchos foros que en lugar de estar hablando de la tercera dosis en el primer mundo, tendríamos que estar asegurando la primera y la segunda del tercer y el cuarto mundo, porque mientras aquí estamos con una cobertura entre el 70 y el 80 %, en África no han llegado siquiera al 15 %. Pero claro, nosotros ahora —porque estamos todos locos por salir— vamos a ir a estos países: a Latinoamérica, a África, al Sudeste Asiático... Con la maleta de vuelta podemos traer la nueva variante y que nos pille otra vez con la guardia baja. En mi modesta opinión, da la sensación que en nuestro entorno vamos a tener una primavera y un verano relativamente tranquilos. Probablemente en otoño tengamos unas nuevas versiones de las vacunas que hemos recibido ahora y podamos administrarnos una que pudiésemos llamar estacional. Incluso se está trabajando para que en otoño del 2023 haya una única para la gripe, el covid y el virus sincitial. Por eso si me pregunta cuándo creo yo que esto podría ser estacional me iría al otoño del 2023, diciendo que el invierno del 22 probablemente sea mejor que este e insistiendo en que las medidas de contención, de evitar espacios cerrados, de barreras físicas... tendríamos que seguir manteniéndoles. El virus va a seguir circulando en el mundo, y mientras siga circulando no podemos hablar de una gripalización. Seguimos hablando de una pandemia, en diferentes fases y en diferentes sitios del mundo, pero una pandemia, porque lo que la define sigue vigente en estos momentos.
—¿Es realista pensar que las vacunas pueden llegar a sitios a los que ni siquiera llega la comida?
—No es alcanzable, es ilusorio y probablemente utópico, pero tenemos que seguir insistiendo en ello. Con el bajo nivel de vacunación y con las precarias condiciones higiénico-sanitarias en estos países no está ocurriendo un desastre, como sería previsible. Probablemente porque esas propias limitaciones socio-económicas implican una movilidad más restringida y su propio contexto hace que al virus le cueste más moverse. Que sea utópico, que sea difícil, no tendría porque ser motivo para tirar ni la toalla, ni los millones de vacunas que estamos tirando en el primer mundo. En estos próximos meses la mayoría de las plantas de producción van a poder seguir trabajando con un coste muy, muy pequeño, porque la inversión ya se ha recuperado. Entonces, el mecanismo Covax podría insistir en que lleguen a más sitios del mundo. No es una cuestión solamente de solidaridad, sino de que o lo hacemos así o volveremos al principio. Ya es una cuestión de interés. Por ejemplo, la cuarta vacuna se está poniendo en tela de juicio. Científicamente no está demostrado que mejore muchísimo la protección. Es verdad que la tercera para ómicron sí que ha sido muy importante, ha sido decisiva, pero la cuarta no significa un salto cualitativo. Entonces, es verdad que es utópico, que no es realista conseguir un porcentaje elevado, pero si en vez de un 15 podemos llegar a un 40 mucho mejor. Además, insisto, es que en el primer mundo se van a tirar miles de millones de vacunas. Mientras no propongamos estrategias globales a un problema global y sigamos poniendo soluciones locales seguiremos un poco donde estamos ahora mismo, en que cada país tiene diferentes resultados, diferentes estrategias.