¿Por qué me conviene recibir el refuerzo de Moderna aunque la reacción sea más intensa?

Gabriela Consuegra
Gabriela Consuegra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Eduardo Parra | Europa Press

Una nueva investigación analizó los registros sanitarios electrónicos de más de 637.000 pacientes totalmente vacunados y determinó que estas vacunas son más efectivas que las de Pfizer para reducir el contagio

22 ene 2022 . Actualizado a las 14:35 h.

Parece haber consenso en el boca a boca: los efectos secundarios del refuerzo son más intensos cuando la dosis que se recibe es la de Moderna. Algunos le temen tanto a la reacción que incluso valoran si no será mejor el contagio, ya que los síntomas de ómicron son más leves con respecto al del resto de las variantes, por lo menos en teoría. Así las cosas, lo primero es aclarar que no: nunca es buen momento para infectarse y la vacunación sigue siendo la herramienta más confiable para estar protegidos y atravesar la enfermedad de ser necesario. Pero además, conviene recibir la de Moderna a pesar de sus efectos, porque estos son transitorios, pero, en cambio, la inmunidad que se desarrolla gracias a la vacunación es duradera, evita un alto porcentaje de hospitalizacionesprotege del contagio incluso más que las dosis de Pfizer-BioNTech. Así lo revela una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, en Estados Unidos.

El estudio examina las infecciones por SARS-CoV-2, las hospitalizaciones y las tasas de mortalidad, cuando la variante delta era predominante, y constata un menor número de infecciones por coronavirus entre quienes recibieron la vacuna de Moderna, en comparación con aquellos a los que se administra la de Pfizer-BioNTech. Pero además, el trabajo, publicado en la revista científica Journal of the American Medical Association, también ha determinado que los que recibieron la dosis de Moderna tenían menos probabilidades de ser hospitalizados, según recoge la agencia EFE. 

La investigación analizó los registros sanitarios electrónicos de más de 637.000 pacientes totalmente vacunados de 63 organizaciones sanitarias de todo Estados Unidos, que abarcaban diversas zonas geográficas, edades, razas y etnias, niveles de ingresos y grupos de seguros. Los datos incluyeron las infecciones de coronavirus que se produjeron en vacunados entre julio y noviembre de 2021, cuando delta representó casi el total de los casos. Se incluyeron los incidentes de infecciones por irrupción si la persona no se había infectado previamente con el virus o había recibido una vacuna de refuerzo. El equipo tuvo en cuenta los datos demográficos, los determinantes sociales de la salud, los trasplantes y las comorbilidades. También se compararon las tasas de hospitalización de los pacientes en los 60 días siguientes a la infección por covid

¿Cuáles fueron los hallazgos del grupo? Por una parte, los resultados muestran que la tasa de incidencia mensual de casos de ruptura fue mayor en los que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech, en comparación con la de Moderna. Con respecto a su función más importante, la de evitar ingresos hospitalarios y fallecimientos, el trabajo también aporta datos relevantes. La tasa de hospitalización a 60 días fue del 12,7 % para los receptores de Moderna y del 13,3 % para los de Pfizer-BioNTech y no se observaron diferencias significativas en las tasas de mortalidad entre los que recibieron una u otra vacuna. O lo que es lo mismo: «Aunque hay una diferencia en cuanto a las infecciones, ambas vacunas son altamente protectoras contra la infección por coronavirus y, especialmente, contra las consecuencias más graves de la infección», ha asegurado una de las responsables del trabajo, Pamela B. Davis.

Los efectos secundarios de las vacunas, con mayor o menor nivel de intensidad, son bien conocidos: dolor en la zona del pinchazo, fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, ganglios inflamados, menstruaciones más abundantes, en el caso de las mujeres, y malestar general. Ciertamente, hay otras reacciones mucho menos comunes, como la miocarditis, pero incluso en esos casos, es más probable que sean una secuela por atravesar la enfermedad que una consecuencia de la vacunación.