Curiosity recoge una muestra que sugiere un pasado con vida en Marte

SOCIEDAD

El tipo carbono que contiene la roca localizada por el róver es compatible con procesos biológicos

19 ene 2022 . Actualizado a las 11:08 h.

En sus inicios, el sistema solar era muy diferente a cómo es en la actualidad. Hoy únicamente la Tierra contiene agua líquida, fundamental para el desarrollo de la vida. Sin embargo, hace unos 3.500 millones de años Marte y Venus también pudieron tener las mismas condiciones ya que los tres mundos habitan en la llamada zona de habitabilidad.

El mejor candidato para haber contenido antaño alguna forma de vida sigue siendo el planeta rojo. Esto explica el interés de la ciencia por enviar misiones a la superficie marciana y tratar de encontrar alguna prueba que confirme que hubo seres vivos. «Sabemos que el hemisferio norte estuvo cubierto por un gran océano, que había lagos, se producía interacción entre las rocas y el agua y que la química era muy similar a la de nuestro planeta», explica Carlos Briones, investigador del Centro Nacional de Astrobiología.

De la misma forma que la vida apareció en la Tierra pudo hacerlo también en Marte. Esa es la hipótesis que baraja la comunidad científica y que tiene que demostrarse. En este sentido, se acaba de publicar un importante artículo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS). El róver Curiosity, que lleva explorando el suelo marciano desde el año 2012, encontró una roca que contiene carbono enriquecido en isótopos ligeros. Una muestra que refuerza la idea de que pudo haber una vida en el pasado de Marte. «Los isótopos son formas de un mismo elemento con distinta masa. El carbono tiene tres: el carbono 12, 13 y 14. El más abundante en la naturaleza es el carbono 12. Cuando se analiza una roca se mide la diferencia que hay entre el 12 y 13 para poder intuir si el origen del carbono que contiene es biológico o geológico», sostiene Briones.

Los seres vivos en la Tierra tienen tendencia a fijar los isótopos más ligeros. Las plantas, por ejemplo, cuando realizan la fotosíntesis fijan dióxido de carbono del aire y forman materia orgánica que tiene mucho carbono 12. «Lo que Curiosity ha descubierto en Marte es una zona donde hay unas rocas que contienen más carbono 12 que en el resto de las regiones analizadas. Eso podría sugerir que ahí hubo un proceso biológico», destaca el investigador.

Este hallazgo resulta de lo más prometedor, pero los propios autores ponen las cosas en su sitio. Son los primeros en reconocer que no se trata ni mucho menos de una prueba directa. «Hay otras hipotésis para explicar esa abundancia. Por ejemplo, polvo cósmico que pudo haber quedado atrapado o meteoritos que impactaron y que tenían una relación diferente entre los isótopos del carbono. Es decir, la vida tiene preferencia por el carbono 12, pero no es la única forma de obtenerlo», aclara Briones.

En cualquier caso, siempre hay margen para soñar porque lo cierto es que este artículo científico es bastante sólido. «Los investigadores llegan a decir que la cantidad de carbono 12 respecto al 13 se parece a la que hay en rocas de Australia de hace 2.700 millones de años y que sí tienen una fuente biológica. Es decir, incluyen comparaciones con la Tierra que refuerzan el contenido del artículo. No hay nada, por tanto, que deslegitime este hallazgo. Lo malo es cuando se sacan conclusiones erróneas y se quiere ir más allá de lo que realmente dice el artículo», advierte.

Tratar de encontrar vida en otros planetas no deja de ser una tarea detectivesca. Se ha encontrado una pista muy interesante, pero resulta insuficiente para llegar a una conclusión y resolver el caso. «Habrá que realizar nuevas mediciones en otras zonas para hacer réplicas del experimento que ha servido para detectar ese carbono 12. Y sería interesante que otros instrumentos del Curiosity pudieran analizar la composición química de esas muestras rocosas para ver qué tipo de moléculas puede haber. Si alguna está relacionada con la biología sería otra prueba que reforzaría la tesis del origen biológico», concluye Briones.