El bulo de la «gran nevada» del próximo 24 de enero

Xavier Fonseca

SOCIEDAD

Vista del Paseo de la Castellana de Madrid, cubierta de nieve tras el paso de la borrasca Filomena en enero BALLESTEROS

Desde hace dos semanas se está difundiendo una predicción meteorológica que anuncia un fuerte temporal de nieve en España

13 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Por si no había suficientes fake news sobre la pandemia y las vacunas, los bulos también se han apoderado de la meteorología. En las últimas dos semanas se ha propagado como un virus una previsión para el próximo 24 de enero que señala que España será víctima de un temporal de nieve con las mismas características que Filomena, que en enero del año pasado colapsó el país. Muchos medios de comunicación se han hecho eco de una noticia que incluso ha llegado hasta los informativos de Televisión Española que el pasado domingo anunciaron que la Comunidad de Madrid había reforzado el dispositivo de emergencia para hacer frente a la supuesta «gran nevada». Protección Civil se vio obligada a reaccionar, solicitando a través de su cuenta de Twitter que únicamente se tuvieran en cuenta fuentes oficiales y fiables.

En el Sistema Nacional de @proteccioncivil las alertas estÃ¡n basadas en avisos oficiales.

Para los riesgos derivados de fenÃ³menos meteorolÃ³gicos adversos, utilizamos exclusivamente informaciÃ³n de @AEMET_Esp

Informarse en fuentes oficiales es una garantÃa bÃ¡sica de seguridad. pic.twitter.com/EduYvO7Wgu
— DG ProtecciÃ³n Civil y Emergencias. EspaÃ±a (@proteccioncivil) January 9, 2022

Por si fuera poco, esta predicción se sustenta en las cabañuelas, un sistema tradicional de pronosticar el tiempo que no tiene nada de científico. Según este modelo atendiendo a las condiciones de un único mes se puede deducir las condiciones del resto del año. Es decir, estamos ante una gran mentira que ha crecido como una bola de nieve y que, además, no tiene ningún sentido. «O método das cabañuelas é moi respetable como tradición e mostra claramente como xa os nosos antepasados intentaban predicir o tempo a varias semanas ou meses vista, o cal sen dúbida podería serlles moi útil, principalmente para a agricultura. Pero hoxe en día este método non ten cabida porque sabemos perfectamente que non ten nin a máis mínima base científica. É como intentar adiviñar de que humor imos a estar o 15 de agosto en base ao noso estado de ánimo do día 3 de xaneiro», dice Damián Insua, investigador del grupo de Física No Linea de la USC.

Durante siglos, en la era precientífica, la manera para predecir el comportamiento de la atmósfera se apoyaba únicamente en la observación. Estaba, por ejemplo, el método de análogos, que se basa en el reconocimiento de patrones atmosféricos y búsqueda de situaciones similares. Es decir, acudir a configuraciones parecidas del pasado para tratar de predecir el futuro.

Sin embargo, a comienzos del siglo XX se produjo un cambio de paradigma. Gracias a los científicos de la Escuela de Bergen, se empezó a aplicar las matemáticas a la atmósfera. La tecnología que fue surgiendo en las décadas posteriores y la evolución del conocimiento científico desvelaron además su naturaleza caótica. En los años 60, el matemático Edward Lorenz propuso el llamado Efecto Mariposa, que viene a decir que pequeñas perturbaciones en las condiciones iniciales pueden alterar el resultado final.

«Los pronósticos meteorológicos se basan en la observación de la atmósfera y la resolución de unas ecuaciones que describen su dinámica a partir de esas condiciones observadas. Estas ecuaciones son muy complejas, con múltiples interacciones y su evolución precisa solo puede ser estudiada en el corto plazo de unos días. Usar las características atmosféricas de jornadas concretas para pronosticar a medio y largo plazo no tiene por tanto ningún fundamento científico», sostiene Juan Taboada, de MeteoGalicia.

«A atmósfera é un sistema caótico e non ten memoria. A única forma de precedir o tempo a varios días vista é resolvendo un sistema de ecuacións diferenciais, coñecidas en meteoroloxía como ecuacións primitivas e que describen os procesos físicos que governan o comportamento da atmosfera. Sen embargo, estas ecuacións son altamente non lineais, é dicir, son moi sensibles ás condicións iniciais e polo tanto o erro que cometemos ao resolvelas aumenta rapidamente. Isto quere dicir que máis aló de 7-10 días é imposible saber que tempo vamos ter. Nin sequera os mellores meteorólogos cos mellores supercomputadores poden predecir o tempo para o día 24 de xaneiro, moito menos coas cabañuelas», añade Insua.

Solo modelo americano GFS ofrece un adelanto de lo que podría llegar a suceder el día 24. El Europeo ECMWF ni siquiera llega tan lejos. Y ahora mismo la predicción apunta a que será una jornada anticiclónica e incluso con temperaturas suaves. No se ve ninguna situación adversa y mucho menos un intenso temporal de nieve.