Por mucho que seamos parecidos y que muchos productos se hayan utilizado (y sigan usándose) en medicina y biomedicina -la primera insulina que se usó en diabéticos fue porcina, por ejemplo, y actualmente se implantan prótesis cardíacas de tejido porcino-, no somos iguales y, por tanto, puede haber problemas. Aún así, «el cerdo es el candidato animal ideal para ser la fuente de órganos o tejidos para trasplantes», tiene claro el experto.
¿Por qué no se usan órganos de primates, más similares al ser humano?
Fisiológicamente y por su capacidad reproductiva, el cerdo es el segundo mamífero más similar al humano. Por delante, el mono, en su misma línea evolutiva. ¿Por qué entonces no se recurre a estos primates para acabar con el problema de la falta de órganos para trasplantes? Porque no son especies numerosas y, sobre todo, porque el hecho de ser tan similares al ser humano facilita la transmisión de posibles infecciones animales a las personas. «Hay que ser muy cautos, ahora somos especialmente conscientes de ello con el covid, pero el VIH, por ejemplo, es un virus que mutó de otro que afectaba a los simios», recuerda Rafael Máñez.