La Organización Meteorológica Mundial anunció que los últimos cinco años han sido los más cálidos desde que hay registros
12 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Uno de los principales problemas que impiden que el ser humano pueda entender el desafío que representa el aumento de la temperatura media global es la confusión entre tiempo y clima. La gente mezcla dos conceptos que para nada son iguales. El tiempo es el estado de la atmósfera en un momento y lugar concreto. Se trata, por tanto, de algo tangible y observable. Es, además, caótico y difícil de predecir más allá de unos pocos días.
El clima, sin embargo, es una construcción humana que se ha creado para estudiar las condiciones meteorológicas en un período de 30 años. El de Galicia se puede considerar como oceánico, con temperaturas suaves durante todo el año, una humedad elevada y abundantes lluvias con valores medios anuales en torno a los 1.500 litros por metro cuadrado. En este sentido, no existen ni las «condiciones climáticas» ni el «clima adverso», expresiones que se usan con demasiada frecuencia.
Comprender la diferencia entre estos dos términos resulta fundamental para asimilar lo que está sucediendo con el clima de la Tierra. Y lo que ocurre básicamente es que se está calentando. Lo vemos en la evolución de la temperatura media global.
Ayer la Organización Meteorológica Mundial anunció que el 2021 fue el quinto año más cálido desde que existen registros. Sin embargo, el hecho de que el pasado año fuese cálido podría considerarse incluso como variabilidad natural. Pero hay otro dato que refleja la tendencia. Los últimos cinco años han sido los más calurosos desde que se toman registros. No solo eso, los 21 años más cálidos se han producido durante este siglo.
Es decir, cuando se acude al clima se aprecia cómo el valor medio del planeta no deja de aumentar. Es la nueva normalidad del planeta. Aunque en un contexto de calentamiento también puede haber meses y estaciones más gélidas de lo normal y olas de frío intensas. Eso es el tiempo. También episodios de temperaturas de verano en enero, como ocurrió este año.
En el 2021 también ha aumentado la concentración de los gases de efecto invernadero, responsables precisamente del cambio climático actual. Especialmente llamativo ha sido el incremento del metano, que es veinte veces más potente que el dióxido de carbono, principal gas que calienta una atmósfera que nunca había contenido tanto en tres millones de años.
En definitiva, aumenta el dióxido de carbono y el metano y como consecuencia la temperatura mundial. Es una relación causa-efecto sobre la que la comunidad científica lleva años alertando y que amenaza la estabilidad del sistema climático y el futuro de los seres vivos que habitan el planeta.