Alrededor de 110.000 estadounidenses esperan actualmente un trasplante de órganos, y más de 6.000 pacientes mueren cada año antes de recibir uno, según datos oficiales citados por la universidad.
Un hospital de Nueva York consiguió en octubre pasado trasplantar temporalmente el riñón de un cerdo genéticamente modificado a un cuerpo humano, otro éxito que, al igual que el conocido este lunes, puede llevar en un futuro a que no se necesite la donación de órganos de un fallecido para salvar la vida de otra persona.