El Gobierno se prepara para tratar el covid como una gripe: ¿Cómo se vigilan actualmente las enfermedades respiratorias?

SOCIEDAD

CARLOS CORTÉS

Sánchez confirma que Sanidad ultima un plan de vigilancia que abandonaría el control exhaustivo de casos

11 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La situación pandémica de hoy nada tiene que ver con la de hace un año: con el 80 % de la población española con la pauta completa y más de 15 millones de personas con la dosis de refuerzo, la letalidad del covid-19 se ha desplomado al 1,2 %. «Con toda la prudencia, todos los técnicos apuntan a que estamos ante un nuevo paradigma en el control de la pandemia», reconocen fuentes del Ministerio de Sanidad, una fase distinta, apuntan, que «exige una nueva mirada en el control». Respaldaban así ayer el anuncio realizado por Pedro Sánchez a primera hora de la mañana en una entrevista radiofónica: el Ejecutivo lleva semanas trabajando en un plan para empezar a tratar el coronavirus como si fuese una enfermedad respiratoria más. Sin seguimiento exhaustivo de casos y registro universal de positivos. Sin pruebas generalizadas. Sin rastreos.

El nuevo protocolo de vigilancia, que se estudiará estos días con los responsables del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), los de la Ponencia de Alertas y los del Centro Nacional de Epidemiología, sería similar -si no el mismo- al que se utiliza en todas las comunidades, menos en Galicia y en Murcia, para la gripe común: un sistema que a través de médicos centinela observa cómo se comporta la enfermedad para posteriormente hacer extrapolaciones y estimaciones en base a muestras estadísticamente significativas.

«El sistema de vigilancia de gripe se ha asentado tradicionalmente en médicos y pediatras centinela -explican desde el Centro Nacional de Gripe de Valladolid-, una red de facultativos voluntarios que cada vez que asisten a cuadros compatibles con infecciones respiratorias notifican los casos y remiten muestras a un centro de referencia». Estos identifican los virus, los caracterizan antigénica y molecularmente y envían la información y las cepas aisladas a los centros de la OMS correspondientes. «Y con esa información se establecen las recomendaciones vacunales para la temporada siguiente», añaden las mismas fuentes. ¿Podría extenderse este sistema a otras infecciones respiratorias como el SARS-CoV-2? Desde el laboratorio vallisoletano se muestran partidarios de ello. «Lo ideal es vigilar por síntomas», aseveran, convencidos de que la infraestructura de la que están dotados los centros de gripe puede servir de «mucha utilidad» para la vigilancia del coronavirus.

«La red centinela funciona muy bien para enfermedades de incidencia media o alta», valora el epidemiólogo Juan Gestal, y detalla: «La integran médicos motivados, que se interesan, a los que se les puede pedir más información. En base a los casos que notifican, se estima su cobertura poblacional y se hace un cálculo total que permite tener información sobre la intensidad y la evolución».

Galicia, sin centinelas

En Galicia, la vigilancia de los casos de gripe y de infección respiratoria se hace a través de las llamadas que recibe el 061 por procesos respiratorios. Esto se complementa con la notificación semanal que hacen los médicos que atienden cuadros gripales, porque esta, como el covid, recuerda Gestal, es una enfermedad de declaración obligatoria numérica. «Estos sistemas de vigilancia pasiva tienen la limitación del grado de cumplimiento, de que el médico declare o no declare, de que declare mejor o peor», advierte. Por eso, a mayores de las llamadas al 061 y las declaraciones de los médicos se recurre a los hospitales (que informan de los casos que necesitan ingreso) y a los laboratorios (que ofrecen información sobre los que se han diagnosticado en laboratorios de microbiología). «Todo esto permite tener una fotografía de lo que sucede -resume el experto-. En los hospitales, son los servicios de Medicina Preventiva los que reúnen toda la información y la pasan al servicio de epidemiología provincial».

¿Es el momento de cambiar la forma de abordar la vigilancia del coronavirus? «En las pandemias hay una fase de contención, en la que el objetivo es que el virus no se extienda. Cuando se alcanza una transmisión comunitaria sostenida, se pasa a la fase de mitigación, en la que se abandona la dedicación a todos los casos para centrarse en los graves -precisa-. Lo que interesa es que no se muera la gente, atender a los casos que precisan mayor atención. Creo que esto es lo que debe de estar planteándose Sanidad; con esta expansión del virus, hay actividades de vigilancia epidemiológica, como el rastreo, que ya no tienen sentido».