Según este Plan, «España se plantea alcanzar la meta establecida por la OMS de una reducción relativa al 30 % en el consumo de tabaco para el año 2025» comparado con los datos de 2010 y para lograrlo también quiere subir la fiscalidad de los nuevos productos del tabaco.
Una de las novedades respecto a otros planes del tabaco es que este borrador incluye abiertamente la necesidad de buscar «alternativas al cultivo del tabaco» en España y consideraciones medioambientales respecto a la eliminación de residuos, como ampliar la prohibición de fumar en playas, lo que ayuda a la eliminación de unos residuos -las colillas- que afectan gravemente al ecosistema marino.
El objetivo último es que con todo esto se logre una reducción de un tercio de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en 2030 y seguir la recomendación europea de bajar las tasa de fumadores diarios un 5 % para 2040, dos puntos más entre los jóvenes de 14 a 18 años.
El Ministerio de Sanidad quiere que todos estos objetivos que buscan salvar vidas sean compartidos por todos los partidos y, así, «establecer un Acuerdo Nacional sobre la Prevención del Tabaquismo con apoyo de los grupos parlamentarios».
Paula Avendaño
En España está prohibido fumar en cualquier lugar al aire libre donde no se pueda guardar una distancia mínima de dos metros entre personas. Una restricción que llegó de forma temporal y a golpe de pandemia, pero que puede quedarse. Al menos en parte. El Ministerio de Sanidad trabaja desde hace meses en una nueva ley antitabaco que prohibirá su consumo en lugares públicos como parques, terrazas, paradas de autobús o estadios deportivos. No solo eso, terminar con la causa de muerte de cinco millones de personas al año en todo el mundo pasa también por subir los precios y no apartar la mirada de los cigarrillos electrónicos.
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